José Cobo, ante la Jornada Mundial del Migrante: "Nuestra Iglesia y nuestra sociedad han cambiado su rostro"

El responsable del Departamento de Migraciones de la CEE subraya todo el trabajo que la Iglesia está haciendo con los migrantes: "Nos van a dar herramientas para crecer"

Santiago Tedeschi Prades

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La Iglesia celebra este domingo, 25 de septiembre, la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado con el lema, “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”. Una Jornada, explica el papa Francisco en su mensaje para este año, para recordar que la presencia de los migrantes y refugiados es una ocasión de crecimiento cultural y espiritual para todos. “Gracias a ellos – destaca el Santo Padre - tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad. Podemos madurar en humanidad y construir juntos un nosotros más grande”.

ECCLESIA ha hablado con el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo, responsable del Departamento de Migraciones, dentro de la Subcomisión para las Migraciones y la Movilidad Humana. ¿Cómo está trabajando la Iglesia española con los migrantes, especialmente este año que han llegado muchas personas de Ucrania?

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Para José Cobo, el trabajo viene de lejos: “Ya el año pasado, con el lema “Hacia un nosotros cada vez más grande”, nos hizo caer en la cuenta de la realidad que tenemos. Nuestra Iglesia y nuestra sociedad han cambiado su rostro, los migrantes están presentes entre nosotros y ya no son migrantes, sino migrados que ya han echado raíces en nuestra sociedad”. Según el obispo auxiliar de Madrid, “hay que ser conscientes que viven entre nosotros y construyen las comunidades cristianas con nosotros […] lo que queremos es llamar la atención para ponernos en diálogo, y que no se incorporen a nuestra vida sin más, sino también que aprendamos de todo lo que nos han traído y de la experiencia y del bagaje que traen todos los migrantes, ahora mismo, a nuestra sociedad”.

En el cuarto punto del mensaje de los obispos de la CEE, invitan a “preparar a las comunidades para que sean acogedoras, misioneras y hospitalarias”. Preguntado sobre cómo poner en práctica esta propuesta, Cobo cree ahora mismo ese “es el gran reto y la experiencia de compartir la fe a través del diálogo nos puede ayudar muchísimo. Se trata de dialogar, no desde las ideologías o desde otros posicionamientos, sino desde la experiencia que vamos teniendo cada uno en cada comunidad”.

“Toda la sabiduría que trae el migrante nos puede ayudar a seguir creciendo. Ellos nos van a dar herramientas para crecer en el futuro, con todo lo que han vivido y nosotros, a su vez, tendremos también ayudar a que hagan una lectura creyente de todo el itinerario que han hecho. Este diálogo es el que nos puede ayudar a que nuestras comunidades sean más sensibles y más abiertas”, subraya el obispo auxiliar de Madrid.

Este sábado, 24 de septiembre, José Cobo presidirá una vigilia de oración delante del CIE en Aluche. Bajo el lema “En el CIE no hay futuro. Aquí construimos un futuro con migrantes y refugiados”, el encuentro ha sido organizado por la Mesa por la Hospitalidad de la Iglesia en Madrid en colaboración con la Asociación Karibu, CIES No Madrid, el centro de pastoral San Carlos Borromeo, Mundo en Movimiento, el Observatorio de DD.HH. Samba Martine, Pueblos Unidos, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y la parroquia de San Hilario de Poitiers.

José Cobo subraya como más que una preocupación, “es un gran dolor, porque efectivamente con los pasos que se van dando socialmente, la Iglesia ya se ha dado cuenta de que este no es el sistema. El internamiento y la reclusión no es la manera para afrontar un problema de migración que tenemos. Por eso vamos a rezar también para que las conciencias se puedan convertir”.

Este año la acogida de los refugiados ucranianos en España ha demostrado que existe una bondad impresionante en las personas. ¿Por qué a veces parece que hay refugiados de clase A y de clase B? Para el obispo auxiliar de Madrid, “a veces funcionamos excesivamente con las campañas que nos dan los medios y no con el corazón y las herramientas que nos da el Evangelio […] y eso nos lleva a volcarnos en situaciones que a lo mejor exigen también un tratamiento más a largo plazo, y más desde un corazón meditado y sostenido”.

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En Italia, funciona muy bien el proyecto de los Corredores Humanitarios, un proyecto piloto impulsado por la Comunidad de Sant'Egidio junto con la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia, la Mesa Valdense y la CEI-Caritas ¿Es viable la opción de los corredores humanitarios en España?

José Cobo admite que se está intentando: “Nos hemos puesto en diálogo con el Ministerio de Asuntos Exteriores, del Interior, para ir suscitando por lo menos posibilidades al respecto. Tenemos medios para hacerlo, y queda que la administración nos lo posibilite, no lo ven con malos ojos, pero efectivamente tienen que dar los primeros pasos porque exigen movimientos internacionales que es allí donde nosotros no llegamos. En España tenemos posibilidades para hacerlo, pero nos falta la intención y el interés de la administración”.