Juan José Omella expresa su agradecimiento en TRECE tras la gala de la Memoria: "Uno sale emocionado"

El cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE, habla en TRECE tras la clausura de la gala de presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia Española

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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“Uno sale emocionado porque, en hora y media, se ha sintetizado lo que durante 365 días al año hacen miles de personas que se comprometen a trabajar por la evangelización y por el servicio a los más pobres. Ver todos esos testimonios, y ver todo lo que sostiene esa actividad, emociona”, resume en TRECE el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, tras la clausura de la gala de presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia Española.

Sobre lo que más le ha tocado el corazón durante la gala, el cardenal destacaba “el misionero, con 82 años casi, que huye del Sudán del Sur por la guerra y se marcha al norte y se encuentra metido en la guerra sin quererlo. Pero ha pedido a mis superiores que le manden otra vez allí y a mí me emociona esa fidelidad a Dios y al pueblo de Dios a quien ha servido durante 64 años”. El presidente de la CEE recuerda que esto se ve cada día también con los catequistas de las parroquias, las monjas de los hospitales, Cáritas, o la labor de Ayuda a la Iglesia Necesitada, entre otros muchos.

Además de los testimonios, que son aquellos que realizan la labor de ayuda, también se ha hablado de las cifras que son las que lo permiten, gracias a todos aquellos que marcan la X a favor de la Iglesia en la declaración de la renta: “Me da vértigo la cantidad de millones que se ahorra el Estado y que se invierte para la formación en las escuelas, en hospitales, en la pastoral penitenciaria o en el catecismo... Es una inversión tan bonita para fraternizar y humanizar nuestra sociedad que a veces está tan crispada e individualizada”, apunta Juan José Omella.

Para finalizar, ha querido dar un mensaje de esperanza: “La fraternidad es posible, el que tienes en frente no es un enemigo. Tiene virtudes y cualidades como tú, aunque te cueste verlas. A mí, ver lo positivo y tener esa esperanza de que el mundo mejorará y que siempre vence el bien, creo que es el mejor mensaje del Evangelio que podemos transmitir. Tenemos que ser testigos de la esperanza”.