Las monjas capuchinas que fabrican mascarillas desde su ‘confinamiento voluntario’

Las hermanas capuchinas del Convento de Santa Rosalía en Sevilla dedican sus horas de trabajo a confeccionar mascarillas

Javier González

Publicado el - Actualizado

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El confinamiento ha sido tan duro como vital para muchas personas. La convivencia, no poder salir a respirar aire puro, estar lejos de los seres queridos… han sido circunstancias que todos hemos tenido que asumir para combatir el coronavirus. Pero hay personas en el mundo, que con virus o sin él, deciden voluntariamente vivir su vida entera ‘confinada’.

Este es el caso de las monjas capuchinas que viven en el Convento de Santa Rosalía de Sevilla. Son monjas de clausura y han decidido con su libertad, dedicar su vida a la oración por su vocación contemplativa. El ‘oxígeno’ de la fe que nace de entre sus muros que además hoy son noticia no solo por sus rezos, sino también por su trabajo.

Rezar y trabajar por los que más lo necesitan

‘Ora et labora’, pero durante estos meses en los que el mundo ha tenido que luchar contra un virus mortal, las monjas han cambiado los habituales pasteles o galletas… por mascarillas. Las monjas del convento de Santa Rosalía han dedicado su tiempo a “rezar por las víctimas y los fallecidos” y han hecho “turnos para fabricar más de cien mascarillas al día”.

Es su forma de aportar su granito de arena en el esfuerzo que toda la sociedad está haciendo. Nadie se lo ha pedido, pero en cuanto han visto necesidad, no han dudado en dirigir sus oraciones hacia los que sufren, y a ponerse manos a la obra con este material sanitario. Las mascarillas han sido repartidas por Sevilla, Málaga y Alicante.

Una vida en confinamiento

Las hermanas -que tienen experiencia en esto de vivir entre las mismas cuatro paredes todo el año- aseguran que la clave para sobrellevar este aislamiento impuesto es “la esperanza, porque esto no va a ser definitivo”.

Pero la oración y las mascarillas no es su único pasatiempo. Además de las labores habituales que se realizan en un convento de clausura, las capuchinas de Sevilla han hecho su propia emisora de radio: Radio Santa Rosalía. En su programa se dedican a acompañar en el rezo, dan diferentes consejos, cantan canciones típicas de los países de donde proviene cada monja e incluso cuentan chistes.

La labor de estas monjas capuchinas es solo un ejemplo de los muchos testimonios que se han dado a conocer en estos momentos de crisis. La Iglesia se ha volcado con los que más lo necesitan, antes, durante y por supuesto después de este confinamiento. Esta historia forma parte de la iniciativa de la Iglesia Católica durante estos últimos días del Estado de Alarma, para dar a conocer los testimonios más significativos que muestran la labor que ha desempeñado la Iglesia.

El nombre de la iniciativa 'Una Iglesia, 10 historias' busca poner de manifiesto la respuesta conjunta que la Iglesia ha dado en medio de las dificultades a través de diez historias concretas. Se trata de personas e instituciones que representan el trabajo en primera línea que la Iglesia ha realizado durante la crisis sanitaria y social que ha provocado el Covid-19 y que se refleja en el portal iglesiasolidaria.es. De esta forma, se quiere hacer memoria de los gestos y testimonios que estas personas han protagonizado a lo largo del confinamiento.