Las tres enseñanzas que deja para los hijos el encuentro con el Papa Francisco: "No me lo esperaba"

Cristina Sánchez es una de las miles de madres que acudió junto a su hija a la primera Jornada Mundial de los Niños celebrado en Roma: "Comprobaron la universalidad de la Iglesia"

Redacción Religión

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La primera edición de la Jornada Mundial de los Niños marca a los cientos de miles de niños de todo el mundo que este fin de semana se han congregado en el estadio Olímpico de Roma y en la plaza de San Pedro del Vaticano para ser recibidos por el Papa Francisco.

Jorge Mario Bergoglio tuvo la oportunidad de conocer las inquietudes de los niños y escucharles, y puso énfasis en la oración para que no haya más guerras en el mundo. Entre los presentes en Roma estaba, con su hija de cinco años, Cristina Sánchez, directora del periódico 'Alfa y Omega', que vivió de manera muy intensa este acontecimiento. “Me bajé a desfilar con los niños, me puse el disfraz de chulapa y me bajé por el estadio olímpico, me sentía como Felipe, abanderada de las Olimpiadas”, ha contado entre risas en 'Ecclesia al día'.

Cristina ha compartido su experiencia en Roma, en el que los niños iban disfrazados con atuendos propios de sus países, en el caso de España de sevillana o chulapo: “Fue algo fuera de lo normal”, ha señalado.

Más allá del rico colorido, esta Jornada Mundial de los Niños sirvió para que los más pequeños comprobaran la universalidad de la Iglesia, como ha destacado la directora de 'Alfa y Omega': “Mi hija de cinco años estaba absorta al ver que había niños de todas las partes del planeta que creían también en Jesús y eso marcará el resto de sus vidas, que somos hermanos en cualquier parte del mundo. Y es fundamenal que los niños lo hayan visto de forma tan clara”, ha aseverado.

Ahora, apunta Cristina, es momento de gestionar las emociones vividas en Roma para que no caigan en saco roto: “Piensa que en un evento de este tipo o en una JMJ, en la que ves al Papa de lejos, te quedas con el mensaje cuando lo lees tranquilamente en casa, y por eso luego les hicimos hincapié a los niños de los tres mensajes del Papa: cuidar a los abuelos, la importancia de la paz que empieza en casa cuando discutimos con nuestros hermanos o compañeros del cole y de ahí se extiende al mundo entero, y tercero que el Espíritu Santo nos acompaña siempre”, ha reflexionado.

Para los niños ha sido una experiencia enriquecedora pero también cansada tras dos días intensos. No obstante, la ilusión se veía en muchos de ellos pese a que apenas han dormido unas horas en todo el fin de semana. La hija de Cristina este lunes estaba deseando despertarse para compartir con sus compañeros de clase su vivencia.

“Se ha levantado nerviosa para contarle a los compañeros que ha estado con el Papa, que habían rezado en italiano y que tenían que venir los niños del cole para no vivirlo ella sola y compartirlo. Es una bola que se hace grande y mucha gente se siente animada a compartir estas experiencias”.

Sobre el papel de los padres en esta primera edición de la Jornada Mundial de los Niños, Cristina asegura que estaban felices por ser testigos de ver entusiasmados a sus hijos: “Han estado volcados sin casi dormir y cantando al Papa. No me lo esperaba, todos con sus banderas de España, chapurreando palabras en otros idiomas que también es importante, querer aprender otros idiomas”.

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