La lección sobre Dios que Kobe Bryant lanzó al mundo en un programa de televisión
Kobe Bryant es una leyenda dentro y fuera de la cancha, y aquí fue donde dio una lección sobre fe y sobre Dios
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No hacía falta que se estrellara un helicóptero para que Kobe Bryant ya fuera una leyenda de la NBA. Es uno de los más grandes, y ahora su ejemplo de esfuerzo y de trabajo se alargan después de su fallecimiento. Se habla de muchas cosas estos días. Su mujer ha agradecido a todos por las "oraciones", y no ha ocultado su dolor, y también ha dado una lección recordando a las otras víctimas que murieron en el accidente -que a veces se nos olvidan-. Un ejemplo, igual que el que ha sido Kobe para muchos, aunque no todo el mundo hable de la escena que protagonizó en un programa de televisión en 2006.
El también jugador de basket Tracy McGrady ha asegurado que Kobe le decía que quería morir joven y ser inmortal. Pero él mismo sabía que esa inmortalidad no era solo alegórica, si no que era real. Tal vez por eso asistió con su hija a misa y comulgó, minutos antes de que sucediera el accidente. La superestrella de Los Ángeles Lakers siempre apunta alto, y no solo en las canchas.
Alguien rodeado de fama, éxito y dinero, pasa también por muchas crisis. Y no hablo solo de lesiones. Una de las más grandes que vivió, fue la denuncia por violación que recibió, y el posterior proceso de divorcio que desencadenó ese desafortunado incidente. Pero para sorpresa de todos, poco después, su mujer de toda la vida, Vanessa, y él hicieron pública su reconciliación. Y nunca más se han separado hasta ese fatídico domingo 26 de enero.
"Soy católico"
En una entrevista para GQ, uno de los más grandes de la historia del baloncesto, el que pisaba los talones al eterno Michael Jordan, un deportista de élite y multimillonario, no sentía ningún pudor al contar que el único que le ayudó en ese momento fue un sacerdote. No le importó contar que era católico, que su mujer lo era y que sus hijas también. Y que eso fue lo que le ayudó a pedir perdón, a aceptar su metedura de pata y a luchar por lo más valioso que tenía.
En 2006, tres años después de este bache personal y profesional, Kobe Bryant se acomodaba en la silla -demasiado pequeña para su embergadura- del programa de televisión 'Quite Frankly'. El presentador le mira y le pregunta sin pensárselo sobre aquel drama: "¿Qué fue lo que aprendiste de toda esa experiencia?"
Kobe Bryant no duda ni un instante. Le devuelve la mirada y lo dice: "Dios es grande". "¿Así de simple?", le vuelve a preguntar Stephen. Y lo vuelve a decir: "Dios es grande. Nada más simple que eso hermano". "¿Lo sabías antes?" Y Kobe da una auténtica lección de fe al mundo entero: "Puedes saberlo todo lo que quieras, pero hasta que no cojes esa cruz que no puedes cargar, y Él la carga por ti y carga contigo y con tu cruz... entonces lo sabes".
Unas palabras que tal vez no puedan hacer frente a su impresionante carrera como deportista. A todo lo que ha ganado y a todo lo que ha trabajado. Pero que tal vez, sean la esencia de lo que es, y que le acompañó hasta el final. Él carga con nosotros.