Viajó hasta Lisboa para cantar en la JMJ ante miles de jóvenes: “Hay que cuidar el don recibido"

Celia Salamanca, cantante en la JMJ de Lisboa 2023, hace un repaso de su experiencia un año después: "No se olvida, sus frutos son fecundos, siguen vivos en cada uno de nosotros"

Redacción Religión

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Hace un año, la capital portuguesa se llenaba de miles de jóvenes católicos para celebrar uno de los eventos más importantes del año 2023. El Papa Francisco llegaba a Lisboa para dar comienzo a la edición número 38 de la Jornada Mundial de la Juventud. Allí, entre toda esa multitud, se encontaba Celia Salamanca, una joven madrileña de 22 años. Celia es una joven graduada en la Universidad Francisco de Vitoria en diseño y que próximamente cursará el cuarto curso en el grado en Humanidades. En su día a día dedica tiempo a la música, al canto particularmente, tanto en alabanzas como en otro tipo de celebraciones religiosas y este fue el motivo que le llevó a cantar ante miles de jóvenes en Lisboa mientras esperaban la llegada del Pontífice. Su trayectoria profesional es cada vez más amplia: ha llegado a grabar canciones junto a algunos grupos de música cristiana, atreviéndose incluso a componer.

"El Señor me llamó a dar un salto de valentía"

Durante estas jornadas, Celia vivió un momento muy especial. Hasta Portugal acudió junto al grupo de renovación carismática y previamente habían pasado por el Santuario dedicado a la Virgen de Fátima. Esa noche, la del 31 de julio, Celia cantó en el encuentro de jóvenes españoles en Estoril. Para ella fue un momento muy emotivo que marcó un antes y un después en la visión de sus dones,y, sobre todo, en la necesidad de ponerlos al servicio de la Iglesia. Hemos tenido oportunidad de hablar con ella y nos ha contado que la forma en la que conoció que finalmente cantaría en un evento así fue a través de una llamada muy especial. La llamada en cuestión, la realizó Unai Quirós, el famoso cantautor católico. No se lo podía creer, estaba muy emocionada y según finalizó la llamada, con vértigo, comprendió que el Señor la "llamaba a dar un salto de valentía frente a sus miedos poniendo sus dones al servicio de otros", apuntaba nuestra protagonista.

“Tengo una responsabilidad para con mis dones pese al miedo”

El proceso que Celia realizó para dejar de lado sus propias apetencias y abrazar la voluntad de Dios fue comprender el valor de los dones. Afirma que aunque tuvo dudas, ella conocía su don, tenía que usarlo, “tengo una responsabilidad para con mis dones pese al miedo” Pese a esta preciosa visión llena de fe, Celia, como cualquier otra persona padeció nervios, inseguridades: "Veinte minutos antes de subir no me lo podía creer".

Una vez que comenzó la actuación, todo salió rodado: "Me hicieron sentir que me encontraba en mi propia casa, eran gente normal que se contaban entre ellos sus historias y que empujaban a cuidar el don recibido... de un don uno disfruta”, nos contaba Celia. A pesar de los nervios, ella comenzó a rezar implorando al Espíritu Santo que intercediera por ella y por todos los jóvenes que se encontraban allí sedientos de Cristo. Sin una receta mágica, sin trucos, por obra de Dios, nos cuenta que comenzó a tranquilizarse, sobre todo cuando vio que el público cantaba con ella, se sintió arropada con todo y vivió un momento de comunión y fraternidad. Interpretó la famosa canción de Perfume a tus Pies, de Jaz Jacob.

"Tengo que llevar esta luz allá donde voy"

Celia guarda un año después de la JMJ, recuerdos que, afirma, jamás olvidará, al igual que sus frutos. Uno de los más especiales fue la Vigilia de la última noche con el Papa Francisco, cada una de sus palabras, el momento en el que todos juntos, en oración, se postraron frente al Señor. El Papa les dedicó un discurso a todos ellos, pero también habló en concreto de los artistas que, como ella, se pusieron frente a todos los peregrinos de la JMJ. Esta comunión que se produjo entre cada uno de los peregrinos de la JMJ le sirvió, nos contaba, como confirmación de que está llamada a la misión. Nos decía, “todos nosotros tenemos una luz, no me puedo quedar esta luz que he recibido, la tengo que llevar allá donde voy”.

"Los cristianos estamos llamados a ser gente normal"

Pero no todo ha sido siempre fácil como en la JMJ. Celia nos habla que para ella es algo habitual sentirse juzgada por ser cristiana, le ha sucedido en varios momentos de su vida, pero cada vez que le ha ocurrido algo así recurría a las palabras de un sacerdote, “los cristianos estamos llamados a ser gente normal”. Nosotros hacemos cosas que todo el mundo hace, pero vivimos de forma diferente. Según Celia lo que nos caracteriza a los cristianos y lo que abundaba en la JMJ es la 'Alegría que brota de nuestra fe' y fue precisamente esa alegría la que en sus primeros pasos de fe le hizo acercarse cada vez más al cristianismo, una alegría que iba más allá de lo humano.

"La alegría es misionera, la alegría no es para uno"

El Santo Padre habló también de la alegría en su enseñanza en el Parque Tejo de Lisboa, “la alegría de María es doble: el ángel Gabriel le anunciaba que recibiría al Redentor y también conocía la noticia de que su prima está embarazada. María, en lugar de pensar en ella, piensa en su prima ¿Por qué? Porque la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo. Yo les pregunto a ustedes: ustedes, que están aquí, que han venido a encontrarse, a buscar el mensaje de Cristo, a buscar un sentido lindo a la vida, ¿Esto se lo van a quedar para ustedes o lo van a llevar a los otros? ¿Qué opinan? ¡Es para llevarlo a los otros porque la alegría es misionera! Repitamos todos juntos: ¡la alegría es misionera! Y entonces yo tengo que llevar esa alegría a los demás.” Por eso, a pesar de ser gente normal, muchas veces, los cristianos, tomamos decisiones que van a contracorriente, lo que podría generar, según dice Celia, momentos de discrepancia en aquellos que no están acostumbrados a ver algo así.

De Madrid hasta Lisboa para cantar en la JMJ ante miles de jóvenes: “Hay que cuidar el don recibido

'Cristo nos quiere por lo que somos, no por lo que hacemos'

A la JMJ, nos contaba, van jóvenes de distintos lugares, en distintos momentos de su vida muy diversos y el Señor nos llama a cada uno de una forma, cada uno con su historia. Es decir, que aunque en ocasiones sea duro sentirse juzgado por quiénes somos o por lo que creemos, no estamos solos, aquí está la Iglesia. Celia nos lanzaba un mensaje para los jóvenes en esta entrevista, “arropaos y abrazaos a vuestra comunidad, a vuestro grupo de gente que sí que os apoya y que os va a mantener firmes en esta misión, en este llamado, porque al vivir solo uno la fe se puede perder, flaquea, ahí hay que agarrarse a la cruz y mantenerse firme”. Así nos lo recuerda Celia, para vivir la fe, necesitamos una comunidad, así nos lo demostraba también la JMJ, no estamos solos. Necesitamos que nos quieran por lo que somos, no por lo que hacemos y solo Cristo ama así, solo en la Iglesia nos topamos con gente que te anima a amar saliendo de ti mismo, de tu comodidad.

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