Los recuerdos de Ana María Fernández del Riego, misionera de 101 años: "De China me expulsaron por espía"

Perteneciente a Hijas de Jesús, la misionera es hermana de Francisco Fernández del Riego, que el 17 de mayo de 2023 será homenajeado con las 'Letras Galegas'

Los recuerdos de Ana María Fernández del Riego, misionera de 101 años : "De China me expulsaron por espía"

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Vilanova de Lourenzá es un municipio de Lugo que apenas supera los 2.000 habitantes. Fue el pueblo que vio nacer, en 1913, a Francisco Fernández del Riego, un reconocido escritor y político que siempre había trabajado en favor de la cultura gallega. Por ello, en 1960 ingresó en la Real Academia Gallega en 1960.

Fernández del Riego falleció el 26 de noviembre de 2010, con casi un siglo de vida. Ahora, el próximo 17 de mayo, recibirá a título póstumo uno de los galardones más importantes de Galicia, las 'Letras Galegas'.

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Un homenaje a su figura que ha emocionado a su hermana Ana María, religiosa de la congregación Hijas de Jesús que supera ya el siglo de vida con 101 años. Pese a su avanzadísima edad, su mente continúa siendo brillante, aunque precisa de silla de ruedas para desplazarse. Actualmente vive en una residencia de la congregación Jesuitina en Granada.

Su vida es también de película, tras ser misionera en lugares como China, Taiwan o Filipinas. Del primero fue expulsada, acusada de espía, aunque su etapa en el país le marcó para siempre.

El 17 de mayo no podrá desplazarse hasta Galicia por sus limitaciones físicas, pero nos ha atendido en ECCLESIA para contarnos sus emociones: “Nosotros ya no tenemos casi familia, solo sobrinos y nietos. Pero de once hermanos que éramos, solo quedamos dos. Este premio a mi hermano fue invención de él cuando estaba en la Real Academia. Cada diez años se concede a un escritor las 'Letras Galegas', y ahora se la conceden a mi hermano por su trayectoria”, ha explicado.

Como decimos, Ana María mantiene intacta su memoria. Incluso actualmente se maneja con los dispositivos electrónicos como el ipad o el ebook. Además, tiene la rutina de escribir un diario en inglés para que no se le oxide.

Asegura en ECCLESIA que apenas tiene tiempo para echar la vista atrás y repasar su longeva existencia, pero se siente agradecida a Dios por “todo lo que me ha dado”. Ahora, hace vida de comunidad, aunque reconoce que tienen que ayudarla en las tareas por sus problemas de movilidad. Eso sí, nos cuenta que las batallitas del pasado no faltan: “Soy muy habladora”, revela entre risas.

El recuerdo que Ana María mantiene de China: "Había muchísimos indigentes"

Sin duda, lo que más ha marcado en su vida fue su etapa en China, donde permaneció una década, cinco años en Taiwán y otros cinco en el Continente: “Desde que pequeña tuve atracción por China. Era un país muy pobre cuando lo conocí”, relata.

Recuerda con nitidez cómo en sus dos primeros años en el país estuvo aprendiendo el idioma en Pekín, al tiempo que trabajaba como enfermera en un dispensario para atender a los mendigos que se encontraban en las afueras de la muralla: “Había muchísimos indigentes y los atendíamos todos los días. Teníamos un médico voluntario que era francés, y entonces por las mañanas estaba en el dispensario, porque soy enfermera. Estamos hablando de 1947”, ha evocado.

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Luego fue acusada de espía, motivo por el que fue expulsada del país. No obstante, ha relatado que los chinos nunca persiguieron de manera directa a la Iglesia Católica: “Nos peserguían a quienes pensaban que éramos espías de EEUU. Pero no nos permitieron cambiar de hábito para distinguirnos de otros. Nos expulsaron pero yo estaba muy tranquila porque sabía que no nos iban a hacer nada por temor a que se hablase mal de ellos en España y en Europa”.

Más tarde, en su etapa en Filipinas, también fue expulsada por el auge del nacionalismo en el país asiático: “No querían extranjeros y nos hacían la vida imposible. Fui expulsada también de allí”, ha revelado.

Su afán misionero hizo que Ana María se decantara por las Hijas de Jesús

Pese a estas experiencias agridulces, Ana María Fernández del Riego repitiría de nuevo. Y es que, como ella misma nos ha apuntado, optó por Hijas de Jesús por las misiones: “Yo me eduqué en la Compañía de María, pero no tenía misiones y luego empezaron en África. Pero en los años cuarenta no tenía ninguna misión”.

A la pregunta de si ve el mundo mejor hoy que en décadas anteriores, cree que sí: “Estamos en una era de resurgir y eliminando lo que no sea verdad. Ahora todo es plano y llano. Ahora sabemos la verdad, incluso en la Iglesia Católica. Y la verdad siempre triunfa. El mundo está mejor desde luego en muchas cosas”, ha asegurado.

Asimismo, ha confesado ser una gran admiradora del Papa Francisco por su sencillez y su mensaje “de una Iglesia evangélica, en salida”, puntualiza la religiosa.