Argüello sale en defensa de los sacerdotes y recuerda que los abusos dañan "a toda la Iglesia"

El secretario general de la CEE ha afirmado que la cumbre es una "puesta a punto de la Iglesia" para abordar el problema global de los abusos

Pablo Valentín-Gamazo

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El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE)Monseñor Luis Argüello ha explicado en Herrera en COPE lo que supone para la Iglesia la cumbre de protección de menores que ha comenzado hoy.  El obispo auxiliar de Valladolid ha reiterado el firme compromiso de la Iglesia de ayudar a combatir las situaciones de abusos. Además, ha salido en defensa de los sacerdotes y religiosos y recordado que el daño real de los abusos sexuales se extiende a toda la Iglesia

Recapitular lo vivido, pedir perdón, mirar a las víctimas y tomar medidas

Mons. Argüello ha señalado estos cuatro objetivos para definir el encuentro de protección de menores que se está desarrollando en El Vaticano. La presencia del papa, de presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo, de los superiores mayores, hombres y mujeres, de las congregaciones y de expertos invitados da una idea de la dimensión de la cumbre y sus pretensiones

"Con este encuentro, la Iglesia quiere recapitular lo vivido, cayendo en la cuenta de que tiene muchas cosas de las que pedir perdón y, sobre todo, muchas personas a las que mirar a los ojos", ha afirmado.

Se va a tratar de un espacio también para la autocrítica sobre el problema de los abusos, pero coherente con el problema. Se trata, considera Argüello, de un problema global y no sólo de la Iglesia.  "También, caer en la cuenta de que, desde el punto de vista de abordar las situaciones, de la gestión de los problemas no se ha hecho bien de todo, por parte de los responsables pero también por un clima, tanto en el interior de la Iglesia como social, a la hora de valorar determinados comportamientos".

Por lo tanto, para Argüello esta cumbre va a suponer una "puesta a punto de la Iglesia". Ha reconocido el "gran esfuerzo" de toda la Iglesia "en cuanto a medidas formativas, preventivas y todo lo que tiene que ser también de colaboración con las autoridades civiles". Todas las labores previas, y las de la propia cumbre, van a orientarse a "colaborar con toda la sociedad a la hora de abordar estas situaciones".

El comportamiento de la mayoría de sacerdotes y religiosos es ejemplar

La realidad de los abusos "ha sido y es muy dolorosa", reconoce Argüello. Primero, en las personas afectadas y, segundo, en la credibilidad. Sin embargo, ha defendido la reputación del clero y su comportamiento. "Este asunto hay que verlo pensando en la mayoría de sacerdotes y religiosos, cuyo comportamiento es ejemplar y normal de lo que se puede esperar de una persona consagrada al Señor en la vida religiosa".

La Iglesia es consciente, explica Argüello, de la realidad de los abusos. Por eso, Argüello ha insistido en el interés "en el reconocimiento de los hechos, en la petición de perdón y, sobre todo, en la puesta en marcha del clima, de las actitudes, de las medidas, de los protocolos que puedan ayudarnos a abordar las situaciones". Esa reiteración se debe a que, observa el prelado, "también la forma de haberlos abordado puede, y de hecho daña, a la credibilidad de la Iglesia". 

Como garantía de la credibilidad de esta cumbre está la figura del Papa Francisco. Su presencia "es suficiente motivo para poder confiar en la credibilidad de lo que la Iglesia ha hecho y va a hacer a partir de ahora".

La cumbre no va a acabar con el problema de los abusos

El secretario general ha manifestado que el deseo de la Iglesia es "abordar esta situación en su conjunto". Ante quienes piensan que este encuentro va a suponer el final absoluto de los abusos, Mons. Argüello les envía un mensaje. "Quien trenga la pretensión de que hay alguno de estos comportamientos que puedan erradicarse, en realidad, seguramente esconda algún pensamiento totalitario", afirma.

En este sentido, ha valorado la prescripción de los delitos en el juicio de los abusos a nivel eclesial. Ha reconocido su valor jurídico y la necesidad de que, en algunos casos, se tomen todas las medidas necesarias para evitar la reiteración. Se trata de una herramienta legal que también puede ser útil "para construir civilización, para regenerar nuestra propia memoria y mirar hacia adelante".