El obispo de Huelva pide "unidad" frente a las graves tensiones contra "el orden constitucional"
Los almonteños han celebrado su 'Rocío Chico' este 2024. Mons. Santiago Gómez ha destacado durante la homilía la necesidad de enorgullecernos de nuestra cultura y conservarla
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La aldea de El Rocío, en Almonte, Huelva, ha celebrado este lunes 19 de agosto un aniversario muy especial: hace 211 años que se produjo la primera acción de gracias que el pueblo almonteño realizó a su patrona, la Virgen del Rocío, en honor a su intercesión durante la invasión napoleónica. Fue en 1813 cuando los habitantes de Almonte se enfrentaron a las tropas francesas que habían invadido España y esa resistencia y salvación fue obra de la intercesión de la Virgen del Rocío.
"Graves tensiones contra la unidad nacional y el orden constitucional"
A las 10:00h en la santuario rociero, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía con la función del Voto de Gracias del 'Rocío Chico' de este 2024. Cientos de fieles se congregaron para rezar ante la patrona de Almonte, un una protección divina que según establece la tradición, salvó al pueblo de Almonte en uno de los momentos más oscuros de su historia.
Además, el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, fue el encargado de oficiar la ceremonia y participó en la procesión posterior en la que el Cristo Sacramentado fue llevado por los aldeaños de la ermita.
En su homilía, el obispo ha hecho mucho hincapié en recalcar que es fundamental realizar un esfuerzo por nuestro país en estos momentos de incertidumbre, "Cuando estamos sufriendo graves tensiones contra la unidad nacional, el orden constitucional y la solidaridad interterritorial, en un alarmante fenómeno que algunos llamaron un “proceso de desagregaciones”.
La historia de los almonteños contra las tropas napoleónicas
"La página de la historia que hoy recordamos está llena de heroísmo de los hombres y mujeres almonteños, que arriesgaron su vida por su pueblo y por su patria; porque más que un territorio, el pueblo y la patria son nuestros seres queridos y las personas con las que vivimos y con las que compartimos una misma suerte, una historia que se sigue escribiendo día a día. El carácter social de la persona imprime un vínculo con el pueblo y la patria donde se ha nacido y en la que hemos recibido la fe, en Almonte marcada de forma indeleble por la devoción y el amor a la Santísima Virgen del Rocío, una cultura y unas costumbres. Este patrimonio propio siempre debe estar abierto a recibir las aportaciones de otros, como esta celebración, que siendo típicamente almonteña, está abierta a todos los que se sienten hijos de la Santísima Virgen y experimentan también su constante protección.
"Los deberes de los ciudadanos con el pueblo y la patria"
Además, también ha recalcado que "Cuando el Catecismo de la Iglesia Católica explica el cuarto Mandamiento de la Ley de Dios, que dice “Honra a tu padre y a tu madre”, considera como destinatarios directos a los hijos en sus relaciones con sus padres, “porque esta relación es la más universal”, todos somos hijos. Sin embargo, abarca también otras relaciones humanas más amplias. Así el precepto del Decálogo es referido a los deberes de los ciudadanos con otras personas de la sociedad y con las instituciones, también con el propio pueblo y con la propia patria.
Sin caer en localismos o nacionalismos excluyentes, la fidelidad y el amor a nuestro pueblo y a la patria es una virtud. Y amamos a nuestro pueblo y a nuestra patria si transmitimos a las nuevas generaciones la fe cristiana que llena de sentido y esperanza la vida humana; si amamos y respetamos a nuestra familia; si nos unimos a nuestros vecinos para buscar el bien común; si colaboramos para hacer más digno nuestro barrio, pueblo y nación; si conocemos nuestra historia; si nos sentimos orgullosos de nuestra cultura y tratamos de conservarla y darla a conocer; si cumplimos con responsabilidad lo que nos toca hacer para el bien de los demás"