El obispo de Plasencia asegura que "un solo caso" de abuso es "ya motivo de vergüenza y de dolor"

Ernesto Brotóns, tras la Asamblea Plenaria Extraordinaria de la CEE ha querido destacar dos palabras del trabajo de esa tarde: "Perdón y reparación. Lo exige la realidad"

El obispo de Plasencia asegura que "un solo caso" de abusos es "ya motivo de vergüenza y de dolor"

Redacción Religión

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El obispo de la diócesis de Plasencia, Ernesto Brotóns, ha afirmado, en relación a los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, que "un solo caso es ya motivo de vergüenza y de dolor" y ha subrayado que "tras las cifras hay rostros, que no pueden ser instrumentalizados y que requieren de nuestra atención".

El prelado ha publicado una "carta abierta" tras su participación el pasado lunes en la asamblea plenaria extraordinaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) con motivo de la publicación del informe del Defensor del Pueblo sobre denuncias por abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica.

En este sentido, Brotóns ha indicado que "dos palabras destacarían del trabajo de esa tarde, como son perdón y reparación. Lo exige la realidad que tenemos delante, porque más allá de las dudosas extrapolaciones que puedan derivarse de la encuesta que complementa la auditoría, las cifras nos interpelan duramente".

El informe del Defensor del Pueblo recoge 487 testimonios de víctimas abusadas en el seno de la Iglesia, además de los 786 casos reportados por las congregaciones religiosas y 318, por las diócesis.

"Nuestra Iglesia de Plasencia, desgraciadamente, no se ha visto exenta de esta lacra. Cuatro son las denuncias conocidas por nosotros y reportadas al informe del Defensor del Pueblo. En todas ellas se ha intervenido y se sigue trabajando", ha agregado el obispo.

De igual forma, ha puesto de manifiesto que el estudio demoscópico encargado por el Defensor del Pueblo "reconoce, a su vez, que nos enfrentamos a un problema social de gran magnitud, que afecta a toda la sociedad". "No podemos mirar hacia otro lado. Reconozco que un solo caso es ya motivo de vergüenza y de dolor. No solo defrauda la confianza puesta en nosotros; hiere y genera daños irreparables, escandaliza y nos convierte en un antisigno del Evangelio que estamos llamados a transmitir", ha afirmado.

Asimismo, ha defendido que "conviene, por otra parte, no olvidar que tras las cifras hay rostros, que no pueden ser instrumentalizados y que requieren de nuestra atención".

"Quiero dejar claro que no dejaremos de pedir perdón a las víctimas y a sus familias, a la sociedad y a todo el pueblo de Dios, ni de trabajar y poner todos los medios necesarios para, en la medida de lo posible, reparar el daño, sanar heridas, y prevenir y combatir cualquier forma de abuso, porque queremos ser parte de la solución y no del problema", ha añadido.

De igual forma, ha apuntado que los testimonios recogidos por el informe "nos recuerdan que no podemos dejar de poner a las víctimas en el centro", a la vez que ha abogado por "dar un paso adelante en las medidas de una reparación que ha de ser sistémica e integral".

Por otra parte, el obispo ha agradecido "con toda humildad el reconocimiento que el informe hace del esfuerzo de nuestra diócesis por ser lo más transparentes posibles, conscientes de que, con ello, no hacemos más que cumplir con nuestro deber y de que es mucho lo que nos queda por hacer".

En este sentido, ha adelantado que pronto verá la luz el nuevo protocolo para estos casos de todas las diócesis de la provincia eclesiástica y la guía de buenas prácticas.

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