El Papa Francisco nombra a Fernando García Cadiñanos obispo de Mondoñedo-Ferrol
El hasta ahora vicario general de la Archidiócesis de Burgos, ocupa la vacante que dejó Mons. Luis Ángel de las Heras cuando fue nombrado obispo de León
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El Papa Francisco ha nombrado a Fernando García Cadiñanos obispo de Mondoñedo-Ferrol, hasta ahora delegado de Cáritas y vicario general de la Archidiócesis de Burgos. De esta manera Cadiñanos, de 53 años, ocupará la sede vacante de la diócesis gallega, después de que Mons. Luis Ángel de las Heras tomara posesión como titular de la diócesis de León en diciembre de 2020. Estos meses ha estado al frente del obispado, como administrador diocesano, Antonio José Valín Valdés.
Quienes mejor le conocen, afirman que Fernando García Cadiñanos es una persona preparada y con experiencia en la gestión, gracias a sus años como vicario general en la Archidiócesis burgalesa.
García Cadiñanos: cercano y preocupado por los pobres
El nuevo obispo de Mondoñedo-Ferrol nació en el barrio de Santa Águeda el 7 de mayo de 1968. Con 25 años fue ordenado sacerdote, el 26 de junio de 1993. Estudió teología en la Facultad del Norte de España y se licenció en Ciencias Sociales y en Doctrina Social de la Iglesia en Roma. Tiene una dilatada experiencia como cura rural, una tarea que entraña dificultades en una provincia con temperaturas gélidas en invierno.
Amable en el trato y cercano, se trata de un religioso que siempre ha mostrado gran preocupación por los más pobres. No en vano se mostró a favor de la renta mínima aprobada el pasado año por el Gobierno de Pedro Sánchez, como ya haría por otro lado la Conferencia Episcopal Española.
En algunas de sus intervenciones, se mostraba favorable a que se impulsara desde las administraciones públicas una ley que garantice el acceso a la vivienda, donde se incluyan todas las situaciones de exclusión de residencia y sinhogarismo. Asimismo, era partidario de promocionar viviendas en alquiler social.
Consciente de los efectos devastadores que está dejando la pandemia a nivel sanitario, económico y social, el todavía vicario general de la Archidiócesis de Burgos manifestaba a comienzos de este año que el gran reto de 2021 es evitar que en España impere una sociedad dual, “en la que unos estén integrados y otros se queden al margen. Si no gestionamos adecuadamente las consecuencias de la pandemia nos vamos a encontrar, como ya nos estamos encontrando, con gente que no va a poder llegar a fin de mes, alimentarse debidamente y vivir con los derechos cumplidos”, subrayaba.