Tíscar Espigares, responsable de San Egidio en Madrid: "Hay que poner a los pobres en el centro de la Iglesia"

Este domingo, 13 de noviembre, último domingo antes de la solemnidad de Cristo Rey, tiene lugar la VI Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el Papa Francisco con el lema 'Jesucristo se hizo pobre por ustedes'. Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad de San Egidio en Madrid, ha hablado con ECCLESIA para explicar lo que significa esta jornada para toda la comunidad y las actividades que se van a realizar durante todo el fin de semana.

“Para nosotros esta Jornada, que el Papa instauró al final del Año del Jubileo de la Misericordia en 2016, es algo muy importante porque significa poner en el centro de la vida de la Iglesia a los pobres, cosa que para San Egidio es una realidad que vivimos cotidianamente”, indica Tíscar.

Para la Comunidad de San Egidio este día lo viven recordando “algo que es esencial en nuestras vidas y que el mismo Evangelio nos indica: poner en primer lugar a los pobres porque en ellos se reconoce a Jesús”.

El sábado 12 de noviembre, San Egidio participará en la mesa de experiencias en la XII Jornada Social Diocesana en el Seminario Conciliar, con la participación también de Bocatas y San Francisco de Asís: “Vamos a intervenir con una persona de la Comunidad junto con una anciana que vivía por la calle en condiciones de mucha vulnerabilidad a la que hemos ayudado y se ha convertido en una gran amiga que, a su vez, nos ha ayudado mucho cuando don Carlos Osoro nos confió la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas. Allí empezamos una 'Escuela de Paz' para los niños y ella, que conocía perfectamente el barrio, fue nuestro puente que nos hizo conocer a muchas familias”. “Nadie es tan pobre como para no poder hacer algo por otro”, recuerda Tíscar.

Asimismo, el domingo 13, Jornada Mundial de los Pobres, la Comunidad de San Egidio organiza una comida con “un grupo de amigos de la calle, ancianos, extranjeros, familias necesitadas que ayudamos. Concluiremos con la eucaristía en la Iglesia de las Maravillas a las 19h como hacemos todos los domingos”.

En su mensaje para la jornada, el Papa aplaude “la disponibilidad” y “generosidad” que ha llevado a “poblaciones enteras” a abrir sus puertas a los “millones de refugiados” y subraya que “los creyentes no deben de cansarse de ayudar, este es un peligro muy claro, muy inminente, el peligro es que se pueden cansar de ayudar y de reconocer a los pobres”. Tíscar recuerda que hemos pasado por una pandemia “de la que todos decíamos que debíamos aprender la lección y yo sinceramente tengo un sentimiento contradictorio”.

Por una parte, “nosotros como San Egidio hemos experimentado durante la pandemia que la gente fue solidaria y muchos ayudaron a los que no tenían una casa, repartiendo la cena, productos higiénicos y aumentamos los días que dábamos alimentos. La pandemia fue para nosotros una ocasión de conocer a personas que se sintieron interpeladas por la pobreza de los demás”.

Por otra parte, Tíscar tiene cierta preocupación: “El riesgo que se corre es el de siempre y que nos tienta a todos: ponernos a nosotros en el centro y olvidarnos de los problemas de los demás […] hay que recordar que los pobres son cosa de la Iglesia, siempre y todos los días, no solamente en momentos de emergencia”.