Los laicos sevillanos se postulan como parte activa en los desafíos eclesiales y la regeneración social

Los laicos sevillanos se postulan como parte activa en los desafíos eclesiales y la regeneración social

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Más de ocho mil sevillanos han participado en la fase diocesana del Congreso Nacional del Laicado que se celebrará en Madrid el próximo mes de febrero. Esta es una de las principales conclusiones del informe elaborado por la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar tras cerrarse el pasado 15 de noviembre la etapa en la que los laicos podían hacer llegar sus opiniones a través del cuestionario elaborado por la Conferencia Episcopal Española.

En un primer balance de la fase diocesana en la archidiócesis de Sevilla se detalla que 1.489 personas cumplimentaron el citado cuestionario a título personal, una cifra a la que hay que sumar los integrantes de los 527 que han participado en esta fase, de los que forman parte 6.904 personas. En total, 8.393 sevillanos procedentes de parroquias, movimientos, hermandades y diversas comunidades eclesiales han dejado su opinión de cara al encuentro nacional en el que se debatirá el papel de los laicos en la Iglesia y la sociedad españolas.

Mayor seguimiento en el ámbito parroquial

Más concretamente, el 41% de las encuestas proceden de parroquias, los grupos de hermandades representan el 29% del total, los movimientos y asociaciones el 22% y el 8% restante lo conforman miembros de colegios y otro tipo de entidades eclesiales.

Entrando de lleno en las respuestas al cuestionario, se observa un crecimiento de la conciencia de responsabilidad del laicado en la evangelización, así como del laicado asociado, "con el florecimiento de nuevos movimientos laicales y de la conciencia de tener un carisma". En el plano de las dificultades, se percibe falta de comunión, de unidad entre movimientos, asociaciones y parroquias, "lo que provoca un debilitamiento de la vida comunitaria". En esta línea, se detectan algunas cuestiones aún pendientes, como la pervivencia de cierto clericalismo, la necesaria reflexión sobre el papel de la mujer en la Iglesia o la demanda de una buena formación en Doctrina Social de la Iglesia. También se ha señalado cierta desorientación o preocupación "ante los cambios relacionados con el culto al cuerpo y la sexualidad", así como los retos que se derivan del ambiente digital.

Rebelión contra la injusticia

Entre los aspectos positivos que se desprenden de las respuestas de los sevillanos al cuestionario de la CEE, destacan la creciente valoración de la dignidad humana, la rebelión contra la injusticia, el interés en el cuidado de la naturaleza o los buenos servicios de Cáritas, Manos Unidas y otras instituciones eclesiales "que han mejorado la imagen de la Iglesia a nivel social". Por el contrario, entre varias cuestiones, se echa en falta una mayor valoración social de la religión "en medio de una cultural del todo vale y del descarte, que se olvida de Dios", y se subraya la responsabilidad de los cristianos en el proceso de descristianización.

Los más de ocho mil encuestados hacen también hincapié en una evidente separación de las vidas personal y cristiana, la débil pertenencia a una comunidad de referencia, la poca vida de oración o "la arrogancia material o intelectual, que lleva a despreciar a los demás, a dominarlos".

De cara al futuro, se aboga por una comunidad diocesana unida y plural, el apoyo a la familia y la natalidad, la implicación de los cristianos en la renovación de la vida política y social o la apuesta por el trabajo decente. Para conseguir esto se propone un proceso permanente de formación o la consideración de la Eucaristía dominical como "espacio de unidad y comunión", entre otros factores.

Son varios los cauces que se apuntan para el crecimiento personal y el fortalecimiento de la vida comunitaria. Destaca la estimulación de "la participación y la corresponsabilidad, con el deseo de evitar el clericalismo", y una vía que se convierte en toda una declaración de intenciones: "La Iglesia no puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia".

"Una Iglesia viva"

También se subrayan algunas medidas para impulsar la corresponsabilidad de los laicos en los órganos de participación eclesial de las parroquias, así como vías para la participación en los ámbitos político, educativo, etc.

Todas estas aportaciones se han trasladado a la comisión organizadora del Congreso Nacional de Laicos y, según fuentes de la Delegación de Apostolado Seglar, suponen una de las aportaciones con mayor respaldo diocesano. El delegado diocesano, Enrique Belloso, ha subrayado la "amplísima participación del laicado sevillano", que ha mostrado que "la Iglesia en Sevilla es una Iglesia viva, que mora al futuro con esperanza y que está al servicio de la sociedad".