El testimonio de Kofi tras sobrevivir en una patera de camino a España: "Pensaba que ya había muerto"

El sacerdote Jorge de Dompablo le está ayudando cada día a vivir y a seguir aprendiendo

Lucía Para

Publicado el - Actualizado

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Clement Kofi Dwamena hizo un trayecto muy largo y duro para poder llegar a tierra española con tan solo 16 años. Salió de Ghana y tuvo que hacer una ruta en autobús, caminando y cruzando ríos para llegar hasta Senegal. Fue en este país donde cogió una patera para venirse a España.

Desde que era pequeño había visto algunos viajes. “Hacer el viaje depende de cada familia. Es una decisión que tomé de pequeño”, ha explicado. Nunca ha vivido con su madre, ya que su padre murió. Vivía con su tía. Llegó un momento en el que Kofi sentía que quería ver a su madre y a sus hermanos. Al poder verlos habló con ellos sobre su viaje a España. Poco a poco se fue juntando con unos amigos para hablar del viaje y de dinero. Con ellos llegó hasta Senegal.

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“Fue un camino duro, pero estaba por llegar lo peor”

“Al llegar a Senegal fue un camino duro, pero después venía lo peor”, ha confesado Kofi. Él y sus amigos salieron de Gahan pensando que iban a encontrar trabajo en Senegal. Para poder entrar en la patera y hacer el viaje había que pagar, pero no tenían dinero. “Algunas familias mandan dinero para pagar los viajes, que son carísimos. A parte, hay estafadores que te cogen el dinero y te dejan tirado”, ha explicado.

Tuvo que dejar de estar con ese grupo de amigos, aunque tuvo la suerte de encontrarse con un señor de Ghana, que llevaba muchos años haciendo negocio en Senegal. “Me preguntó que qué sabía hacer y si podía trabajar con él”, ha manifestado. Él tenía personas que trabajan en el mar, pero Kofi no lo había visto nunca, por lo tanto, no sabía nadar: “Estuve ayudándole en todo lo que podía hasta que un día me comentó el viaje de Senegal a España. Fue una alegría, no pensaba que podía ganar ese dinero para venir”, ha subrayado.

Una noche fueron al mar para conseguir la patera. El hombre le pagó el viaje, pero Kofi no fue capaz de subirse. “Estuve con él otra vez y me pagó el segundo viaje”, ha explicado.

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"Todo pasa por algo"

“Todo pasa por algo. A los tres días nos llaman que esa patera en la que me iba a montar no había podido llegar a España. Se murieron todos menos el capitán y algunos de sus acompañantes”, ha confesado. “Sigo o me vuelvo a Ghana”, se preguntó. Tuvo que tomar la decisión de seguir intentándolo para así poder ayudar a su familia y para que pueda vivir. Aceptó esa segunda oportunidad: “Cogimos la patera con 300 personas de Senegal a Canarias, concretamente Tenerife. Fue muy duro, sin comida ni nada”, ha explicado.

Kofi ha explicado cómo se alimentan en el trayecto hasta España: “Compran poca comida y a los dos días se acaba. Se reparte entre dos un vaso de plástico pequeño y va uno repartiendo entre todos. Pero si te toca, puedes pasar dos o tres días sin comer, y agua del mar no podemos beber”. Además, ha sentenciado que tampoco se pueden levantar porque se ocupa el sitio: “Según te sientas ahí te quedas hasta que llegamos a Tenerife”.

“Llegó una noche en la que pensaba que ya había muerto. Vinieron unas olas que las veía venir tantas veces, que pensaba ‘con esa que viene seguro que no vamos a sobrevivir’”, ha declarado.

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“Llegamos a Tenerife y nos acogió la Cruz Roja”

Cuando decidió salir no lo comentó con su familia. Quiso hablar un poco con su madre, pero no fue muy bien la conversación. Por eso, cuando llegó a España y consiguió una tarjeta para llamar habló con ella. “Estaba super contenta. El viaje ha sido algo importante para mí y para ellos”, ha explicado Kofi.

Lo que pensaba era que una vez que llegaba a España tenía la vida hecha: “Teníamos muchas ganas de pisar tierra y tener ropa. Llegamos a Tenerife y nos acogió la Cruz Roja. Estuvimos un mes de tratamiento y haciendo una selección. El que se quiera quedar, se queda y el que no se vuelve”, ha expresado. “Cuando ya estaba en el aeropuerto de Barajas me pusieron con un grupo. Y estuve viviendo en muchos sitios, hasta que me encontré con el padre Jorge”, ha señalado.

Para Kofi haberse encontrado con el sacerdote Jorge “es una alegría y eso es un camino muy grande para mí”. Gracias a estar con él y con las otras personas excluidas ha aprendido muchas cosas buenas que le están ayudando cada día a vivir y a seguir aprendiendo. Ahora tiene 31 años y lleva cuatro trabajando: “Cuando necesitaba algo lo comentaba con Jorge y me ayudaba en todo”, ha concluido.