El cuarto Domingo de Adviento: Abrid las puertas de la Navidad

Don Pedro Luis Jiménez Langa, párroco de San Pedro Apóstol en 'Aleluya': "Es el momento y la circunstancia propicia para despertar a Dios en nuestra vida"

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Lucía Para

Publicado el - Actualizado

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El Señor está cerca. El pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento del niño Jesús. Por ello, debemos llegar con alegría desbordante a la Navidad. Hoy celebramos el cuarto domingo de Adviento y la Iglesia invita a mirar a María, la “Virgen del Adviento”, quien desde aquel “Sí” al ángel, por nueve meses preparó humildemente su casa y su corazón para tener en sus brazos al Salvador. Ella es quien abre las puertas de la Navidad.

En ‘Aleluya’ hemos hablado con Pedro Luis Jiménez Langa, sacerdote de la parroquia de San Pedro Apóstol (Camarma de Esteruelas). El único propósito que ha pedido Don Pedro es ser capaces de abrir la puerta a Dios en nuestra vida: "Es el momento y la circunstancia propicia para despertar a Dios en nuestra vida. Si no le despertamos seguiremos viviendo en la mentira".

El cuarto Domingo de Adviento

La figura de la Virgen María

En este Domingo de Adviento, víspera de Navidad, una persona muy especial ocupa nuestra atención, una mujer joven y hermosa llamada María. Don Pedro Luis ha explicado que María "es la clave que nos da ese arranque. Siempre veo a la Virgen como ese nuevo proyecto de Dios para sacar adelante lo que había intentado desde el principio de la creación".

Al mismo tiempo, el párroco ha recordado que "Adán y Eva no tenían pecados, eran amigos de Dios, paseaban con Él por el jardín, y aun así se dejaron engañar por el demonio". "Dios viene a pasear con nosotros y María abre la puerta de la humanidad para que vuelva a entrar y pueda recuperarnos a nosotros, y así devolvernos al paraíso", ha subrayado el padre Pedro.

El cuarto Domingo de Adviento

El Santo Evangelio según San Lucas 1:26-38

Según el párroco de San Pedro Apóstol, en este último domingo el Evangelio nos presenta la anunciación y reencarnación de Jesús: "Es el final del Adviento lo que estamos esperando, y el inicio de esa nueva creación que Dios hace en la reencarnación de su hijo". También, ha añadido la renovación de la humanidad a través de la Inmaculada Concepción, que celebrábamos el otro día: "Como María, que es la nueva Eva, engendra ya una nueva criatura que da origen a una nueva humanidad renovada por la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo".

"Es lo que nos abre la puerta a la celebración del nacimiento de Dios como hombre", ha explicado el párroco. El padre Pedro ha recordado que a lo largo del Antiguo Testamento a distintos profetas los ángeles les han ido haciendo el anuncio del mensaje de Dios y de su plan: "Aparecen como mensajeros de Dios, también como interlocutores del Señor con el hombre y como portadores de una llamada". En referencia a ello, ha puesto el ejemplo de Zacarías, cuando está en el Templo y se le aparece el ángel Gabriel para anunciarle el nacimiento de su hijo.

El Evangelio de San Lucas explica que "en aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando a su presencia, dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú eres entre las mujeres'. Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: 'No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y el pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.'

Y María dijo al ángel: '¿Cómo será eso, pues no conozco varón?' El ángel le contestó: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu prima Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible'. María contestó: 'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra'. Y la dejó el ángel".

El cuarto Domingo de Adviento

Este cuarto Domingo de Adviento se enciende la última vela de la Corona de Adviento como símbolo de que el Señor está cerca y viene a traernos la alegría de la paz. Como ha explicado Don Pedro Luis, el camino de las velas de Adviento "es un camino hacia la luz y el camino de la vida que nos lleva a la plenitud de la vida, que es Jesús".

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