La historia de Mariana, la niña brasileña con leucemia que ha cumplido su sueño de recibir la Comunión
Mariana Tambasco, de diez años se encuentra hospitalizada esperando un trasplante de médula ósea
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Mariana Tambasco es una niña brasileña de diez años que se encuentra hospitalizada esperando un trasplante de médula ósea; sin embargo, esto no fue impedimento para que pudiera cumplir con su sueño de recibir la Primera Comunión. Mariana vive en Campinas con su familia y está internada desde el 27 de enero en el Instituto Brasileño de Control del Cáncer (IBCC Oncología), en São Paulo para el tratamiento de la leucemia linfoide aguda que padece y cuyo tratamiento comenzó en 2017, cuando tenía solo 7 años.
La pequeña ya había completado la preparación para la Primera Comunión en su ciudad, por lo que tuvo la gracia de recibir a Jesús Eucaristía por primera vez durante su tratamiento en el hospital el sábado 20 de febrero. La madre de Mariana, Adriana Tambasco, señaló a ACI Digital – agencia en portugués del grupo ACI - que la niña “tenía fiebre, pérdida de apetito y pérdida de peso”, pero sin otros síntomas, “no tenía dolor de huesos, no tenía manchas en el cuerpo”.
Adriana dijo que el tratamiento de la pequeña finalizó en junio de 2020. Sin embargo, "en agosto, comenzó a presentar dolor de huesos”, por lo que “la enfermedad había vuelto y se hacía más fuerte”. La madre señaló que Mariana tuvo que hacer “tres bloques de quimioterapia fuerte” y en enero también realizó “un mes de monoterapia”, pero la enfermedad continuaba. Fue entonces que Mariana fue trasladada el 27 de enero al IBCC Oncología, donde le “iniciaron un nuevo protocolo y, gracias a Dios, ya ha mejorado”.
La madre recordó que desde el año pasado Mariana estaba recibiendo catequesis para hacer la Primera Comunión en Campinas. La preparación tuvo que pasar de presencial a virtual debido a la pandemia. Cuando la enfermedad volvió, la familia conversó con los catequistas y el sacerdote de la comunidad, que prepararon a la pequeña “para la Primera Comunión con el examen de conciencia, para que se pueda confesar y recibir la Eucaristía”.
Sin embargo, Adriana indicó que la inmunidad de la pequeña era baja y, por lo tanto, “asistir a Misa en tiempo de pandemia era muy improbable” y aumentaba la dificultad de recibir la Primera Comunión. La madre señaló que volvieron a conversar con el sacerdote. Mariana recibió la Unción de los enfermos antes del tratamiento de monoterapia y luego recibiría la Primera Comunión en la comunidad. Sin embargo, la niña fue trasladada a São Paulo e internada para seguir con su tratamiento de quimioterapias y posiblemente un trasplante.
En el IBCC Oncología conversaron con el capellán, el P. Paulo Aniceto, con el equipo médico y multidisciplinario. El sacerdote aceptó “celebrar la Primera Comunión de Mariana" y pidió a la familia que hablara con su “párroco para ver si había alguna objeción”. Con todo resuelto, se decidió hacer realidad el sueño de Mariana en el IBCC Oncología. “El personal del hospital fue muy acogedor y todo sucedió de una forma muy tranquila. El sacerdote estaba dispuesto a venir en un día que no suele estar aquí, que era un sábado, porque sería el día en que mi esposo y yo podríamos asistir”, recordó Adriana.
“Fue hermoso, fue un momento muy importante en su vida, en nuestra vida, porque creemos en el poder de la oración, creemos en este Jesús vivo presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía”, dijo la madre. Asimismo, agregó que la niña y su familia creen que “recibir a Jesús va a fortalecer aún más a Mariana, su confianza, su fe, su perseverancia en la lucha”. La celebración siguió los protocolos de seguridad contra COVID-19 y fue presidida por el P. Aniceto. Además de los padres de Mariana, también estuvieron presentes su hermano Eduardo, el religioso camiliano Genildo Guarino y miembros del equipo médico de la Unidad de Hematología.
Según el IBCC Oncología, la niña ha finalizado el primer ciclo de quimioterapia y podrá realizar tres ciclos más antes del trasplante. Para la oncóloga pediatra, Dra. Luciana Domingues, la fe es un factor importante en este proceso. “La espiritualidad fortalece cualquier momento difícil. Y sabemos que creer y confiar ayuda”, afirmó. La madre de Mariana señaló que, como familia católica, todos tenemos “mucha fe en Dios, en Jesús Misericordioso, en la Virgen María que intercede por nosotros y eso nos fortalece mucho”.
“Es lo que nos da la motivación y la fuerza para continuar, para seguir en busca de la cura de Mariana”, señaló. “No sé qué sería de nuestra vida, la vida de Mariana si no fuéramos tan apoyados por Dios y el apoyo de las personas que nos rodean”, concluyó.