Revive el especial de COPE con motivo de la muerte de Juan Pablo II

A las 21.37h del 2 de abril de 2005, el corazón del Papa Juan Pablo II dejó de latir. Minutos más tarde, COPE puso en marcha una programación especial

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Así te contó COPE la muerte de Juan Pablo II: revive ese programa especial 18 años después

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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El pasado 18 de mayo se cumplían cien años de una de las figuras más relevantes del siglo XX, Karol Wojtyła, el polaco que se convertiría en el primer Papa no italiano en más de cuatro siglos, bajo el nombre de Juan Pablo II. Su labor durante las casi tres décadas que perduró su Pontificado, le alzaron como uno de los personajes más importantes de la Iglesia Católica.

Quince años después de su muerte, el 2 de abril de 2005, su recuerdo sigue muy vivo entre los fieles. Parece que fue ayer cuando aquella noche de sábado primaveral, la histórica corresponsal de COPE en Roma, Paloma Gómez Borrero, comunicaba el fallecimiento del Santo Padre.

“El Papa ha fallecido a las 21.37 en punto. Lo ha anunciado el vicario de Roma. Ha muerto en una plaza de San Pedro abarrotada de gente, que acababa precisamente de rezar el Rosario. Muy pronto oiremos las campanas de la basílica de San Pedro y que la cúpula iluminada se apague. La noticia nos ha llegado ahora mismo. Lo que es increíble es que en el momento que ha muerto el Papa, que esa plaza estuviera llena de gente terminando de rezar el Rosario, con miles de personas, parecía que se les sentía con la vela en su mano”, relataba nuestra compañera ya fallecida en 2017, y que mantuvo una estrecha relación con el sucesor de San Pedro: "Quiero ser el barrendero del mundo para limpiar los caminos y dejar que pase la acción de Dios", le llegó a confesar Juan Pablo II a la periodista de COPE.

La comunidad cristiana quedó impactada por la marcha de esta vida de Juan Pablo II a los 85 años de edad. Los fieles no dudaron en acudir a la plaza de San Pedro de Roma para acompañar al Santo Padre durante su funeral, clamando por su santificación al grito de “Santo súbito” o “Santo, Santo”. Una canonización que llegaría tan solo ocho años después, el 5 de julio de 2013, cuando Francisco firmó el decreto que autorizó su canonización, y que se realizó en una ceremonia histórica que tuvo lugar en el Vaticano el 27 de abril de 2014.

COPE informó de todo lo que rodeó el fallecimiento de Juan Pablo II

Como en todos los acontecimientos históricos, COPE realizó una ambiciosa cobertura de todo lo que rodeara al fallecimiento de Juan Pablo II, tanto desde Roma como desde sus estudios centrales en Madrid, por donde pasaron buena parte de los obispos y arzobispos españoles para valorar la marcha del Pontífice.

Entre ellos, Mons. Elías Yanes, Arzobispo de Zaragoza en aquellos años y presidente de la Conferencia Episcopal Española entre 1993 y 1999. El prelado, reivindicaba la trayectoria del Papa: “Ha sido el gran maestro de la fe en la Iglesia, porque profundizó en su doctrina social”, afirmó a los micrófonos de esta casa.

Por su parte, el por entonces Arzobispo de Barcelona, Mons. Martínez Sistach, se refería a Karol Wojtyła como “un Papa con una personalidad riquísima, que ha dado un sello muy peculiar a su pontificado, escogido por Dios nuestro Señor y él tenía esta conciencia muy providencial, y ha puesto todo lo que llevaba, toda su personalidad, y todo lo que llevaba de Polonia, todo lo que llevaba de aquella guerra, la II Guerra Mundial, todo lo que llevaba del sufrimiento del nazismo, del comunismo, todo su bagaje pastoral y humano, espiritual, filosófico, artístico, espiritual sobre todo, lo ha puesto al servicio de la Iglesia", comentaba el Arzobispo.

Un Papa que luchó por la libertad

Desde el área de programación socio-religiosa de COPE, comandado por su responsable, José Luis Restán, rellenaron horas y horas de programación para recordar y homenajear a una de las grandes figuras de la historia de la Iglesia. Restán recordaba el contexto en el que Juan Pablo II fue elegido sucesor de San Pedro, en 1978.

Un mundo marcado por la Guerra Fría, el Telón de Acero en el Este de Europa, las dictaduras militares y las guerras que habían invadido América Latina y Central o los primeros indicios del fundamentalismo en el mundo islámico. Juan Pablo II se convirtió en el primer líder mundial que no reconoce el equilibrio surgido tras la II Guerra Mundial y reclama una Europa unida que redescubra sus raíces y reviva sus valores originales.

Su fuerza hizo que fuera Polonia, su país natal, donde comenzaran las protestas contra el Comunismo. En 1985, con la llegada de Gorbachov al poder en la URSS, se inicia el final de los regímenes de la Europa Comunista en el Este, y que se aceleró en 1989 tras su encuentro histórico con el Papa Juan Pablo II.

En América Latina, el Papa recibió el apoyo a través de sus viajes en los que se reunió con intelectuales, políticos y líderes sociales que luchaban por modelar un orden político y económico conforme a la doctrina social a la iglesia. En Paraguay pronunció un discurso que se repitió en países como Chile, Argentina o Brasil: “Quiero recordaros que he llamado a vuestros obispos en favor de un dialogo constructivo para crear puentes de entendimiento desde el respeto mutuo y la libertad”.

Un trabajo en pro de la libertad, el respeto y la tolerancia que reivindicó el que sería nombrado Papa días después de su fallecimiento, Joseph Ratzinger, por aquel entonces Cardenal y Decano del Colegio Cardenalicio. Benedicto XVI recordaba el esfuerzo de Juan Pablo II en sus últimas semanas de vida: "Para todos nos quedará inolvidable el último Domingo de Pascua de su vida, cuando el Santo Padre marcado ya por el sufrimiento, se ha asomado una vez más a la ventana del Palacio Apostólico y por última vez ha dado la bendición 'urbi et orbi'".

Por todo ello, no es de extrañar que los micrófonos de COPE se inundaran de testimonios de personas anónimas que reivindicaban la figura de Karol Wojtyła: “Hoy es un día triste, se me ha muerto alguien muy cercano y además alguien que quería mucho a los jóvenes”, comentaba uno de sus fieles. Otros, manifestaban su valentía: “Ha sido un Papa muy valiente. Ha representado mucho la imagen de lo que era Jesucristo, hasta última hora”.

Y es que muchos no dudaban que se trató de una persona excepcional: “De lo mejor que hemos tenido en el siglo XX. Igualarle va a ser muy difícil”, subrayaba otro fiel.

Su precaria salud nunca le frenó

Aguantó hasta que le fallaron sus órganos vitales como consecuencia de las dificultades respiratorias que padecía. A lo largo de su vida superó enfermedades, intentos de atentado contra él, llegando casi a buen puerto el perpetrado por Mehmet Ali Ağca el miércoles 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro... Logró sobrevivir, aunque su historial médico ya cambió para siempre, tal y como revelaba nuestra compañera Eva Galvache, recientemente fallecida hace unos meses, en un reportaje que repasaba su historial clínico.

El historial clínico de Juan Pablo II arranca en julio de 1979, solo nueve meses después de su elección como Papa. Se dio a conocer que sufría una enfermedad que le provocaba un desviamiento de la columna hacia adelante. 1981 marca un antes y un después en su salud tras el atentado. El impulso de Sor Lucía, la monja que dio un empujón al terrorista, le salvó de una muerte segura.

Desde entonces no fue el mismo. Desde el hospital de Roma donde estaba ingresado, agradecía la preocupación hacia él: “Os bendigo a todos”.

17 días después de darle de alta, es hospitalizado de nuevo por un derrame y una infección viral. Pese a todo, no bajó el ritmo viajero, aunque su maratón pontificio ya le pasaba factura, sobre todo desde julio de 1992 cuando se le extrajo un tumor benigno del intestino.

Otras intervenciones a las que fue sometido tuvo lugar por caídas en noviembre de 1993 que le dislocó un hombro, o en abril de 1994, cuando se rompe el fémur de la pierna derecha.

Con el paso de los años, precisaba de un bastón para caminar y comenzaba a temblarle las manos. El párkinson poco a poco hacía mella en él. Aquello llevó a muchos medios a especular sobre el estado de salud del Santo Padre. Pero siguió hasta el final, hasta que el 2 de abril de 2005 su cuerpo no pudo aguantar más.