"Acompañar vidas y construir hospitalidad": el trabajo de la Red Íncola al lado de los más vulnerables

Acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes en la sociedad. Esta es la labor de las personas que trabajan o hacen voluntariado en Valladolid

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Así trabaja la Red Íncola al lado de los más vulnerables en Valladolid: más de 4.000 personas atendidas

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La Red Íncola en Valladolid es una entidad intercongregacional que da respuesta a las necesidades de las personas en situación vulnerable, especialmente de la población migrante, promoviendo y defendiendo sus derechos para que disfruten de una vida digna. Trabajan para dar respuesta integral al reto de la inclusión social y las migraciones y se esfuerzan por mejorar la calidad de sus programas y por incrementar su capacidad e influencia para la transformación social hacia una sociedad más justa y plural.

En el año 2000 ocho congregaciones religiosas se pusieron de acuerdo para dar una respuesta a las necesidades que en su día estaban surgiendo en Valladolid.

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Eduardo Menchaca, coordinador en Red Íncola, en declaraciones a ECCLESIA, ha recordado que durante esos años “estaban empezando a llegar migrantes que trabajaban en el campo y en las casas, y a partir de ese contacto directo con las personas, se decidió hacer algo conjunto y no cada uno por separado, y de allí surge esta red de habitantes que trabajan juntos”.

Más de 4.000 personas atendidas, 383 inserciones laborales, 464 personas comprometidas en el voluntariado, 936 adultos formados, 30 programas de acogida, educación, formación, empleo y sensibilización. Son solamente algunos de los números de la Red Íncola que sigue ayudando a los más vulnerables en Valladolid.

“Empezamos con programas de acogida, vivienda e intentamos dar respuesta a todas las necesidades. Luego vimos también que esas familias tenían hijos y pusimos en marcha un programa de apoyo escolar, uno de infancia y juventud sobre todo para apoyar a estas nuevas generaciones que nacen entre nosotros y luego por último también todo el trabajo de formación y búsqueda de empleo para que la gente que llega y viene en búsqueda de una vida más digna pueda encontrar su lugar aquí y tener su sostenibilidad económica en la ciudad como uno más de nosotros”, ha subrayado Eduardo durante la entrevista.

Acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes en la sociedad. Esta es la labor de las personas que trabajan en la red. Sin embargo, la verdadera fuerza está en los voluntarios: “Más de 300 personas semanalmente hacen alguna labor de voluntariado, dando apoyo escolar a los niños, enseñando español a los adultos, saliendo por la noche para acompañar a las personas sin hogar y tener un rato de conversación con ellas para que se sientan acogidas y acompañadas”. Todas estas personas, con su labor cotidiana y su sencillez, hacen que esta red sea mucho más grande.

El objetivo para la Red Íncola, durante este nuevo año que acaba de empezar, es “seguir tendiendo manos, manos abiertas a la gente, evitar el rechazo por ser diferente y estar con los oídos abiertos, con la mirada más allá de lo que vemos, y luego desde lo pastoral ser parroquia, ser comunidades abiertas”.

¿Cómo describiría Eduardo Menchaca la Red Íncola en una frase o una palabra?: “Al final es acompañar vidas y construir hospitalidad, estar cerca de la gente”.

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