El arzobispo de Toledo pide que acabe la "guerra sangrienta" en Ucrania: "Aflige a demasiados inocentes"

Este domingo en Toledo varios cientos de personas han participado en una vigilia por la paz en Ucrania que fue convocada por el arzobispo de Toledo y primado de España, Francisco Cerro, entre ellos una veintena de ucranianos que residen en la ciudad y que han participado activamente en la ceremonia religiosa.

La vigilia se ha iniciado en la iglesia de Santa María la Blanca, antigua sinagoga mayor de la Judería de Toledo, y ha continuado con una Misa en la iglesia de Santo Tomé, hasta la que los asistentes se han dirigido en una procesión, portando velas, mientras han procedido al rezo del rosario.

En Santa María la Blanca, donde habitualmente no se celebran oficios religiosos, se han congregado inicialmente unas 300 personas, a las que el arzobispo de Toledo ha pedido que eleven sus plegarias "para que termine esta situación y finalice esta guerra sangrienta que aflige a tantos inocentes", desde el que ha calificado como "un lugar emblemático para Toledo, para España y para la humanidad".

El acto también ha contado con la asistencia de una veintena de ucranianos que residen habitualmente en Toledo, que se han sentado en las sillas de las primeras filas habilitadas en el recinto, portado banderas de su país. Una de las mujeres del grupo ha sido la encargada de leer en castellano la Primera Lectura. Las sillas que se habían colocado en Santa María la Blanca para que los asistentes pudieran sentarse han sido insuficientes y muchas personas han tenido que seguir la vigilia de pie.

Después, los asistentes han salido hacia la iglesia de Santo Tomé en una procesión en la que han portado velas que se han repartido a la entrada de Santa María la Blanca, mientras han procedido al rezo del rosario, en un desfile en el que han participado unas 600 personas, han indicado a Efe fuentes de la Policía Local de Toledo.

Al convocar la vigilia, el arzobispo Francisco Cerro había animado a los fieles de Toledo "a sostener y redoblar" sus esfuerzos de "oración y ayuda en este momento tan delicado".

En la convocatoria, el prelado había apuntado: "Con profundo dolor asistimos estos días a la guerra que enfrenta al ejército ruso con la población ucraniana, en un conflicto que lamentablemente está llevándose muchas vidas humanas y produciendo enormes daños". Y pedía "encarecidamente" a todo "el pueblo de Dios" que no deje de elevar sus oraciones "para que nos alcance la desescalada del conflicto y los gobernantes de los pueblos puedan encontrar soluciones pacíficas".