Así es la guía del CEU para prevenir el consumo de pornografía en edades tempranas: "Lleva a nuestros jóvenes a la soledad"

Sonsoles Gallo, subdirectora del área de colegios del CEU y creadora de esta guía, explica las graves consecuencias que puede tener su consumo en el desarrollo integral de la persona

Sofia Gómez Pérez

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El consumo de pornografía cada vez se extiende más entre los jóvenes y los niños. Según los expertos, la edad promedio del primer encuentro con este tipo de contenidos se sitúa entre los 9 y los 11 años, e incluso se ha reportado casos que han empezado a consumirla a los 6 años. Un asunto que tiene consecuencias en el cerebro, que conlleva signos que se deben tener en cuenta para poder detectarlo y actuar, y que cuenta con una guía que nos va a ayudar con ello.

Este acceso temprano a la pornografía se debe, en parte, a la facilidad con la que los niños pueden acceder a contenido para adultos a través de internet. En nuestro país, concretamente, el 55% de los adolescentes entre los 14 y los 18 años han visto contenidos para adultos, y el 44% lo ha hecho más de una vez. Además, el 77% de estos adolescentes no ha hablado de pornografía con sus familias, y el 50% tampoco lo ha hecho sobre sexualidad.

Las consecuencias del consumo de pornografía en niños y adolescentes

La exposición a la pornografía a edades tempranas puede tener consecuencias negativas para el desarrollo de los niños y adolescentes. Sonsoles Gallo, la subdirectora del área de colegios del CEU, ha elaborado una guía para intentar entender, paliar y combatir este asunto. En primer lugar, no debemos esperarnos como adultos a intentar detectar indicadores, pues "la pornografía lleva a nuestros jóvenes y adolescentes a la soledad, al ensimismamiento, a encerrarse en sí mismos", explica Sonsoles Gallo. Aunque pueda dar apariencia de ser un factor integrador en un grupo, es un "factor integrador engañoso".

Por otro lado, en los niños más pequeños, la exposición a la pornografía puede manifestarse a través de "signos de irritabilidad, insomnio, preocupación, susto, o miedo". Sin embargo, no son indicadores específicos de la visualización de pornografía, sino que pueden ser causados por otros factores.

Hay que puntualizar que la pornografía actual se trata de "pornografía hardcore", que puede llegar a generar "un grado de confusión muy grande en el menor que le lleva a no entender qué ha visto y a la vez hay como una confusión entre el gusto y el disgusto, porque la persona está hecha para la relación afectiva y sexual, pero no para una relación pornográfica ".

La responsabilidad de los adultos en la prevención del acceso a la pornografía

Para hacer frente a esta situación, los adultos deben tomar medidas para prevenir el acceso de los niños a la pornografía. "Si nosotros contemplamos la pornografía como un daño al que se ve expuesto el menor, tendremos que hacer algo como adultos, no dejar la carga y la responsabilidad en el menor" afirma Gallo.

Entre estas medidas se encuentran: retrasar el acceso a las pantallas lo máximo posible, fomentar la confianza para que los niños puedan expresarse con libertad con sus padres acerca de lo que ven en internet, favorecer opciones de ocio saludable que no impliquen el uso de pantallas, y por supuesto, no dejar solos a los niños cuando son pequeños frente a las pantallas -pues podrían terminar visitando links de descarga peligrosos y meterse en este tipo de contenido-, así como recibir una educación afectiva-sexual, como el programa que tienen en el CEU que va desde cuarto de primaria hasta segundo de bachillerato.

En definitiva, es importante que los adultos asuman su responsabilidad en la protección de los niños y no se limiten a culpar a los menores por acceder a contenido inapropiado en internet. La educación, la comunicación y la supervisión son claves para prevenir el acceso a la pornografía, así como sus consecuencias negativas en el desarrollo de los niños y adolescentes.