El 'sí' que lo cambió todo: La historia de cómo Gloria y Pablo decidieron entregarse por completo a Dios

El joven matrimonio de la diócesis de Madrid se casó en octubre de 2024 y ahora los dos se preparan para ir de misioneros a un hospital diocesano de Kibara, en la diócesis de Bunda (Tanzania)

Sofia Gómez Pérez

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Gloria y Pablo, una joven pareja española de la diócesis de Madrid, han decidido dar un giro a sus vidas y embarcarse en una misión en Tanzania. Su historia, marcada por la fe y el compromiso, es un testimonio de valentía y entrega a la vocación misionera. Ahora, tras seis años de noviazgo y un matrimonio reciente, los jóvenes se preparan, como han contado en 'Ecclesia es Domingo' en TRECE, para servir en un hospital diocesano en Kibara, un pueblo en la diócesis de Bunda.

El llamado a la misión: una historia de dos vocaciones

El camino hacia la misión no fue igual para el joven matrimonio. Gloria, desde niña, sintió una fuerte conexión con la labor misionera gracias a sus tíos. "Mis tíos llevaban yéndose de misiones muchos años y cuando volvían, nos contaban lo que habían vivido. Y a mí la verdad que me encogió el corazón," recuerda Gloria. A los 18 años, tuvo su primera experiencia misionera en la selva amazónica de Perú acompañada de sus tíos, donde confirmó su llamado.

Por su parte, Pablo descubrió su vocación durante la adolescencia, a través de un grupo de jóvenes de su parroquia y una experiencia en una Javierada. “Empecé a conocer a misioneros, la vida de misión de la iglesia… y me cautivó. El Señor me encontró y ahí entendí la misión”, comparte Pablo. Juntos, durante su noviazgo, crecieron en la delegación de misiones de Madrid, participando en experiencias misioneras en Etiopía y Albania.


El discernimiento de su vocación misionera fue un proceso conjunto durante su noviazgo. Según Pablo, “con la misión ha sido un poco parecido. Un discernimiento muy cotidiano. Veíamos que nuestro espíritu misionero iba creciendo”. Gloria reveló que desde el inicio del noviazgo ya sentía el deseo de ser misionera, algo que Pablo aceptó con el tiempo. Ambos se formaron en misionología en la Universidad San Dámaso, confirmando que Dios los llamaba al matrimonio y a la misión. “Al casarnos es más difícil discernir la vocación misionera, pero en nuestro caso ha sido más fácil, porque a ella le llama y a mí también”.

Tanzania: Un nuevo comienzo al servicio de los demás

En Tanzania, Gloria y Pablo trabajarán en un hospital diocesano en Kibara. Gloria, como enfermera, aportará sus conocimientos en el campo de la salud, mientras que Pablo, ingeniero, ayudará con el mantenimiento y las reparaciones necesarias. "El obispo dijo que un ingeniero vale para todo", bromea Pablo. 

Ambos se muestran ilusionados por la oportunidad de servir y compartir su fe con la comunidad local. "Nos ponemos a disposición del obispo y es a lo que nos pida”, afirma Gloria, “lo intentaremos hacer lo mejor que se pueda, con el mayor cariño que podamos". Durante los primeros años, se centrarán en aprender el idioma y la cultura, y después podrían participar en la catequesis y el trabajo con la comunidad.

Juan Carlos


Renuncias y recompensas: Una mirada al futuro

La decisión de irse de misión implica renuncias, como un futuro profesional prometedor o la comodidad de una vida estable. Pablo reconoce que uno de sus sueños era tener una casa, pero ahora prioriza el llamado de Dios. Gloria destaca la dificultad de alejarse de su familia y amigos, reconociendo que es una consecuencia de su elección. Sin embargo, ambos confían en la promesa del Evangelio: "No hay quien deje casa por mí que reciba el ciento por uno".

 “Si creemos en el Evangelio, pues también hay que creer en estas cosas de verdad. Y pues, irnos felices porque sabemos que nos espera el ciento por uno”. Para la pareja, la renuncia material es secundaria; lo esencial es compartir su fe y su amor al prójimo. De hecho, la pareja recibió un consejo clave de un misionero: tener un corazón generoso. “Tener un corazón generoso hace que veas a la otra persona como un hermano”. Un principio que guía su compromiso y los impulsa a dejar de lado el egoísmo para servir a los demás con amor y entrega.

Gloria y Pablo

Llamado a la acción

Ante la inquietud vocacional de los jóvenes, la pareja comparte su experiencia y ofrece dos claves para diferenciar la llamada de Dios: docilidad y acompañamiento de la Iglesia. “Lo primero, la docilidad...dejarte hacer. En la delegación poco a poco nos pedían cosas”. En cuanto al acompañamiento, Pablo destaca la importancia de la dirección espiritual y la conexión con la Iglesia a nivel diocesano. Gloria añade que tras conocer un testimonio misionero o vivir una experiencia, su corazón "se llenaba de certeza y gratitud", que les impulsaba a compartir la fe.

Para aquellos jóvenes que se sienten agobiados por la búsqueda de su vocación, Gloria aconseja tranquilidad y cercanía con Dios. “Lo primero que hay que hacer es rezar con él todos los días”, dice Gloria. Recomienda preguntar a Dios por su voluntad en el día a día, confiando en que Él guiará el camino. La pareja parte hacia Tanzania con la convicción de que el amor de Dios es su mayor guía y su mayor recompensa