Empeora el estado de salud del obispo Antonio Algora
El obispo emérito de Ciudad Real está hospitalizado desde el domingo en el Hospital La Paz de Madrid
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A lo largo de la pasada noche ha empeorado el estado de salud del obispo emérito de Ciudad Real, Antonio Algora, que está ingresado desde el domingo en el Hospital de la Paz en Madrid. Según informa la delegación de Medios de Comunicación de la diócesis, «sufre una neumonía bilateral a causa de la covid-19 que se ha agravado durante la pasada madrugada. Está intubado, con cuidados críticos y en estado muy grave». Ante esta situación, pide oraciones «por su fortaleza en la enfermedad y por su recuperación».
El obispo Antonio Algora es, desde marzo de 2020, miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana. Nacido en La Vilueña (Zaragoza) el 2 de octubre de 1940, Algora reside en Madrid desde 2016, cuando dejó su cargo al frente de Ciudad Real, cuyo remplazo fue, por deseo del papa Francisco, Gerardo Melgar. Algora sucedió a Rafael Torija (1927-2019) como prelado de Ciudad Real y las órdenes militares en mayo de 2003 y cesó el 8 de abril de 2016, fecha desde la que sigue ejerciendo su labor pastoral en la iglesia Santa María la Mayor y San Julián en el barrio de Tetuán.
Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Madrid. El 23 de diciembre de 1967 fue ordenado de sacerdote y quedó incardinado en la que entonces era la Archidiócesis de Madrid-Alcalá.
Desde 1968 a 1973 fue Consiliario de las Hermandades del Trabajo en Alcalá de Henares. Trasladado a Madrid como Consiliario de los jóvenes de Hermandades, sustituyó al fundador, D. Abundio García Román, en 1978, como Consiliario del Centro de Madrid.
El 9 de octubre de 1984 fue nombrado Vicario Episcopal de la Vicaría VIII de la Archidiócesis de Madrid. El 20 de julio de 1985 fue nombrado Obispo de Teruel y Albarracín. Recibió la consagración episcopal el 29 de septiembre de ese mismo año.
Desde el 18 de mayo de 2003 era Obispo de la diócesis de Ciudad Real. El papa Francisco acepta su renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis el 8 de abril de 2016 y le nombra administrador apostólico, hasta la toma de posesión de su sucesor, el 21 de mayo de 2016.