El error que siempre cometes cuando te cruzas con una religiosa con hábito por la calle: "No lo somos"
El 31 de enero la archidiócesis de Madrid celebra una nueva edición de 'Luces en la ciudad', que tiene como objetivos que los jóvenes conozcan la presencia de la vida consagrada y los carismas de las comunidades religiosas
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El próximo 31 de enero la archidiócesis de Madrid impulsa una nueva edición de 'Luces en la ciudad', que tiene como objetivos que los jóvenes conozcan la presencia de la vida consagrada, profundizar en los diferentes carismas de la Iglesia y en la forma de vida de las comunidades religiosas.
La subdirectora del Secretariado Pastoral Vocacional de la archidiócesis madrileña, Susana López, ha explicado en 'Ecclesia al día' que a diferencia de ediciones pasadas, 'Luces en la ciudad' se va a organizar por vicarías, para que cada una “asigne un lugar de encuentro y los jóvenes van a ese lugar donde los consagrados dan testimonio, se celebra la Eucaristía... se busca que se termine compartiendo, que los jóvenes puedan preguntar, si tienen inquietudes y descubran la vida consagrada como lugar de encuentro”.
Susana López ha recalcado que existe curiosidad entre los jóvenes por conocer de cerca la labor que desarrolla la vida consagrada, al ser una oportunidad de “descubrir que estamos llamados todos en la Iglesia a una entrega, cada uno desde su carisma y desde su lugar. La vida consagrada es como una pequeña luz en la noche, en esos lugares donde hay desesperanza y presenta el Evangelio como lugar de vida y entrega plena”.
¿Todas las religiosas consagradas pueden ser llamadas 'monjas'?
Madrid cuenta con más de 200 congregaciones religiosas, cada una con su carisma. Y es que como ha subrayado la subdirectora del Secretariado Pastoral Vocacional, la vida consagrada es muy amplia: “A nosotros se nos llaman monjas pero no lo somos, las monjas y monjes viven en monasterios de clausura y se nos mete en el mismo lugar. La vida consagrada es muy amplia, nosotros somos religiosos de vida activa, luego está la contemplativa, institutos de vida consagrada... Hemos reducido la vida consagrada a la de clausura, pero hay un montón y a veces no son visibles”, ha puntualizado.
Cuestionada por las vocaciones en la Iglesia, Susana López percibe que si bien en los últimos años ha disminuido el número, “lo principal es cómo cada uno, desde su entrega, vive su vida. En Madrid, al ser ciudad grande y muchas congregaciones, no hay tanta disminución pero por edades jóvenes hay pocos”, ha comentado.
El problema de los jóvenes de hoy
En este sentido, López ha resaltado que entre los jóvenes de la archidiócesis de Madrid hay compromiso, poniéndose de manifiesto durante las inundaciones de Valencia, cuando “se volcaron para ayudar desinteresadamente. Cuando se les acompaña llevan dentro un deseo de otra vida, de vivir con mayor plenitud y seriedad”, ha opinado.
Para la subdirectora del Secretariado Pastoral Vocacional de la archidiócesis madrileña, es necesario transmitir a los jóvenes de hoy que “la imagen, el triunfar en la vida parece que es fuente de felicidad, pero luego se descubre que no. Que uno se sienta valorado por lo que es, no por lo que hace, es la felicidad”, ha señalado.
La religiosa también ha destacado que la vida consagrada siempre se mantiene cerca de las necesidades, y su acción se hace presente en campos como la educación: “No solo hay que buscar el éxito o valorar lo físico, hay una vida más profunda. Ayudamos a vivir de otra manera con más hondura, mas conciencia, la vida tiene sentido para vivirla en plenitud”.