Esther Jacinto, concejal y catequista: “En la política se pueden desarrollar la fe y los valores humanos”
La labor de un laico es llevar los valores cristianos al corazón de la sociedad: "Su misión está en comprometerse con el mundo y desde el mundo"
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“La fe para mí es algo natural”, explica Esther Jacinto, concejal del Ayuntamiento de Hoyos, en Cáceres. “Desde pequeña, primero a través de mi madre, sus enseñanzas comenzaron con las oraciones y en la escuela, con los maestros, con una fe sencilla. Luego, ya al pasar los años, mi fe, esa que me han ido transmitiendo poco a poco, se vincula al amor y me sirve para caminar en la vida. Me aferro a la fe”, explica.
Y es que, la labor de un laico es llevar los valores cristianos al corazón de la sociedad. Su misión está en comprometerse con el mundo y desde el mundo.
La misión compartida en la Iglesia
En el día en el que se celebra la Jornada del Apostolado Seglar, la Iglesia recuerda que el laicado es el grupo más numeroso de los que forma este Pueblo de Dios. “Somos fieles laicos con una consagración única, la recibida en el bautismo. Esta elección de Dios, confirmada después con el don del Espíritu Santo, se mantiene en el tiempo y es fuerza y señal del compromiso que adquirimos para participar, como laicos, en la misión de la Iglesia”.
Por eso, Esther explica que en su vida, “Dios es el principio de todo. Siento su presencia en mi vida y en mis problemas. Está en todas partes y todos los corazones y cada uno tiene que buscar personalmente quién es Dios para su vida. En catequesis explico a los niños cuando me dicen que no ven a Dios, que el aire tampoco lo vemos, pero sentimos cómo sopla en nuestro cuerpo. Pues así es Dios. Está y lo sentimos.”
¿También en política?
hay que saber quién se aprovecha de su posición y quién está con fe y sus valores humanos intentando hacer un servicio”. En su trabajo “
. Conoces muchos casos particulares, y desde el ayuntamiento ayudas a muchas personas y ejerces la caridad, por ejemplo, derivas a las personas a la trabajadora social, o al centro vida de Cáritas, entidad de la que soy voluntaria”.
Por ello, los laicos miran al mundo cara a cara con sus valores y problemas, sus inquietudes y esperanzas, sus conquistas y derrotas: un mundo cuyas situaciones económicas, sociales, políticas y culturales presentan problemas y dificultades graves. “Hemos de llegar a los demás con nuestro ejemplo e intentar sacar savia nueva. Y también formándonos doctrinalmente, conocer a Cristo. Hombres y mujeres tenemos que hacer el bien. Hoy en día los buenos valores abundan poco en nuestra sociedad y puede ser difícil, pero todavía hay gente Buena”.