La Iglesia al rescate de los enfermos: “Mis apoyos son mi mujer, mi hija y mi fe”
Descubre la labor de acompañamiento y cuidado que realiza la Iglesia con las personas enfermas y que más sufren
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Hoy la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo, un día para recordar a todas las personas que sufren alguna enfermedad, pero también a aquellos que los acompañan, los animan y les cuidan. Este sábado, 'Ecclesia' te trae testimonios e iniciativas que muestran el acompañamiento de la Iglesia con los enfermos y con aquellos que más sufren.
La enfermedad, desde dentro
Pablo Delgado ha vivido siempre junto a la enfermedad. Siendo tan sólo un bebé no le funcionaban sus riñones, y tras muchas operaciones, trasplantes y hospitales, hoy vive con una pierna menos y con la necesidad de tener diálisis diariamente. "No llegamos a entender el sufrimiento", asegura Pablo, que, tras muchos altibajos emocionales, decidió "dejar de buscar "porqués" y empezar a encontrar "paraqués”. Eso es lo que a mí me ayudó a convivir con la enfermedad".
Para sobrellevar toda la situación que le rodea, Pablo Delgado cuenta con tres apoyos indispensables: "mi mujer, mi hija y mi fe, porque nada tendría sentido sin la lógica de una vida eterna que nos espera". Sara, su mujer, y Amelia, su hija de 4 años, han sido su sostén, y Pablo siempre agradece la labor que hacen con él, porque "aunque la pierna físicamente me la han cortado a mí, nos la cortan a los tres, porque tenemos limitaciones". Por eso, no duda en decir que "los acompañantes son los grandes héroes de esta historia, porque no pueden quejarse", alabando la labor, en especial, de su mujer, Sara, que "es la única que pudo elegir, y elige cada día con la bandera del amor por delante".
Pero no todo fue tan sencillo siempre para Pablo Delgado: "Unos años elegí tirar la toalla". Sin embargo, fue la fe la que le salvó, aunque este debe "ser un trabajo que requiere formarse, leer, estudiar, etc". Y ese esfuerzo de crecer en la fe ayudó a Pablo "a entender que Dios no me mandaba nada, todo lo manda la vida. Dios solo ayuda y da la fuerza". También encuentra situaciones duras con algunas personas: "he llegado a estar con una persona que me pidió que tapara mi muñón". Pablo relata que no todo son comentarios, la mayor parte de las veces son miradas que le hacen sentir incómodo, porque, aunque algunas son "fugaces y sin mala intención, hay otras miradas que duelen una barbaridad".
Acompañar al que sufre
La otra cara del acompañamiento es, lógicamente, el acompañante. José Carlos Bermejo es un religioso experto en la humanización en la salud. Tiene muy claro que "el sufrimiento es un misterio", aunque coincide con Pablo Delgado en que "no hay que machacarse con preguntas que puedan ser angustiosas, porque la enfermedad no es un problema, es un misterio".
El acompañamiento a los enfermos, para Bermejo, reside en que el enfermo encuentre "un modo saludable de vivir lo que no se puede cambiar". Esta misión resulta complicada, tal y como cuenta el invitado, que ve cómo en la sociedad "estamos construyendo un mundo ideal en el que nos gustaría que no se viera la vulnerabilidad y la fragilidad", por lo que se alegra de que la Iglesia celebre esta jornada, porque "la enfermedad se convierte en inhumana cuando falta la ternura y la profesionalidad". Por ello, la solución es dar un acompañamiento, porque "si hay compañía y si hay respuesta solidaria, podemos vivir con ella poniéndole sentido a la vida a pesar de la cercanía de la muerte".
Pero Bermejo mira el presente de manera positiva, porque "estamos hablando cada vez más de la compasión, y hay una revolución posible de la ternura que coincide con la cultura del descarte". Esto se resume en que "hay cada vez más iniciativas en instituciones religiosas, pero también en el contexto civil, que se proponen con el verbo 'humanizar', y esto es un buen presente".
La Iglesia y su respuesta frente a la soledad no deseada
Otra realidad que necesita acompañamiento es la soledad no deseada. Bermejo asegura que "la hay más abundante entre las mujeres y las personas mayores", y al igual que con la enfermedad, "hay muchas iniciativas muy hermosas a nivel cultural que promueven el asociacionismo y el voluntariado". Una tarea pendiente es la de enseñar a "vivir sanamente esta fase del envejecimiento: hay que recordar, significar, aplicar las nuevas tecnologías, etc".
Una persona que precisamente se dedica a esta labor es el padre Leoncio González, párroco de un pueblo de Burgos, cuyo testimonio muestra el programa 'Ecclesia'. Leoncio acompaña enfermos en la España rural, una tarea que combina con su labor pastoral, y que en algunos momentos es complicada: "conoces a las personas y vas viendo cómo se van apagando". Este sacerdote solamente les visita, los acompaña y les administra los sacramentos, pero con ello consigue paliar su soledad no deseada.