Jóvenes, mujeres y personas con problemas de salud mental: las nuevas caras del sinhogarismo
A través de sus doce centros residenciales y plazas en pisos, San Juan de Dios acogió en 2022 a casi 4.000 personas en situación de sin hogar
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San Juan de Dios ha hecho un llamamiento a la reflexión sobre la desprotección añadida que sufren muchas personas sin hogar por realidades que agravan la situación de vulnerabilidad, como son la precariedad en el empleo juvenil, la violencia machista o la enfermedad mental
A través de sus doce centros residenciales y plazas en pisos, San Juan de Dios acogió en 2022 a casi 4.000 personas en situación de sin hogar. El sinhogarismo es una realidad social que habita a lo largo y ancho del país y que, tradicionalmente, se representaba en el imaginario colectivo con el rostro de un varón de mediana edad, casi siempre drogodependiente o alcohólico.
Sin embargo, el de hoy es un perfil que no siempre va asociado a esa imagen y sí a la de otros factores que emergen socialmente y contribuyen a la desprotección y a la vulnerabilidad, como son la precaridad en la empleabilidad juvenil, la discriminación y violencia de género y los problemas de salud mental.
Desde la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se viene observando un aumento significativo en la atención a jóvenes en situación de sin hogar, esto es, personas menores de 30 años en situación de vulnerabilidad. Este incremento coincide con el que se desprende de la encuesta sobre Personas Sin Hogar 2022 publicada por el instituto Nacional de Estadística (INE), que señala que desde 2012 el sinhogarismo juvenil ha aumentado en un 36%.
El coordinador del ámbito Social de San Juan de Dios en España, Salvador Maneu, explica que “nos encontramos ante unos indicadores alarmantes, puesto que se trata de realidades emergentes que no podemos calificar de transitorias, pues estamos constatando un incremento constante de jóvenes que necesitan de recursos residenciales, entre otros muchos, para poder afrontar el futuro. Tras estas realidades encontramos una situación de precariedad laboral, un incremento insostenible del precio de alquiler y una falta de red social sobre las que instituciones y Administraciones Públicas debemos hacer una profunda reflexión y acordar un pacto nacional de amplio espectro que tapone esta hemorragia social y ofrezca soluciones estructurales más eficientes”.
Frente a esta problemática, FACIAM, una red solidaria formada por 11 entidades que pretenden incrementar el impacto social en este ámbito y de la que forma parte San Juan de Dios, ha decidido apostar por el proyecto Futuro&Co. Este es un proyecto innovador de acompañamiento para jóvenes entre los 18 y 29 años con el objetivo de transformar una situación de vulnerabilidad en una oportunidad de futuro. A través de ‘Futuro&Co, estos jóvenes tienen acceso a una vivienda desde la que trabajarán los objetivos que ellos mismos, con el acompañamiento de profesionales, se hayan propuesto para proyectar su futuro. Dentro de la red FACIAM, son cuatro los centros de la Orden Hospitalaria los que forman parte: el Albergue San Juan de Dios y el de Santa maría de la Paz en Madrid, Sant Joan de Déu Valencia y Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona.
Además, el aumento del sinhogarismo juvenil es una realidad que se está dando en todo el territorio español. Desde el Centro de Acogida San Juan de Dios de Málaga, advierten un repunte en la llegada de jóvenes, menores de 33 años, a este dispositivo en el último año. Algo similar ocurre en los Servicios Sociales San Juan de Dios de Sevilla, donde la oferta de servicios abarca el comedor social, servicio de higiene o trabajo social, y también han detectado un incremento de jóvenes que solicita el acceso a estos servicios.
Factores derivados del género
Las mujeres en situación de sin hogar son uno de los colectivos más vulnerables, pues en la gran parte de los casos sufren una triple exclusión: por estar en situación de sin hogar, por ser mujeres y por ser víctimas de violencia. En relación al número de hombres que duermen en la calle, el de mujeres es mucho menor. Sin embargo, este aumenta destacablemente, como confirman la ocupación de los recursos puestos a disposición de este colectivo. En el Centro de Acogida San Juan de Dios de Málaga explican que el número de usuarias de los servicios de ducha y lavandería es más del doble que el de hace un año. En Barcelona, la presencia de mujeres aumenta de manera destacable en los recursos residenciales de media y larga estancia, representando ya el 25% de las personas atendidas.
Aún así, existe una ausencia de datos sobre las mujeres que se encuentran en situación de sinhogarismo pero que no viven en la calle, por lo que se trata de una realidad latente, pero que se encuentra oculta. “Las mujeres sin hogar están invisibilizadas. El femenino es un sinhogarismo con particularidades, pues a esta situación hay sumarle que muchas de ellas han sufrido abusos, violencia de género, tienen miedo de perder la custodia de sus hijos…”, apunta Salvador Maneu.
El 60% de las usuarias atendidas en el Centro Residencial de Inclusión La Llavor de Barcelona, dedicado específicamente a mujeres en situación de sinhogarismo, ha sufrido violencia machista. En este sentido, Maneu añade que “es necesario un acompañamiento y recursos estables basados en la perspectiva de género, teniendo presentes los factores interseccionales que agravan la situación de vulnerabilidad de estas mujeres”.