Juana Vázquez: la monja de Toledo que influyó con sus escritos en Teresa de Jesús y Juan de la Cruz
Más conocida como Santa Juana, su proceso de beatificación está adelantado gracias al hallazgo de sus escritos originales en la biblioteca del Escorial en 1999
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Dos de las figuras más destacadas de la historia de la Iglesia, los santos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, bebieron en buena medida de la influencia franciscana, entre ellos los escrito de Francisco de Osuna o figuras menos conocidas pero igual de trascendente, como Juana Vázquez Gutiérrez, más conocida como La Santa Juana, cuyo proceso de beatificación está muy avanzado.
Santa Juana de la Cruz fue una monja terciaria franciscana de la primera mitad del siglo XVI que nació en la localidad toledana de Numancia de la Sagra (por aquel entonces el pueblo se llamaba 'Azaña'). Abadensa del monasterio de su comunidad en Cubas de la Sagra (perteneciente a la Comunidad de Madrid), tomó los hábitos adoptando el nombre de sor Juana de la Cruz.
Para profundizar en su figura, la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid acoge este 1 y 2 de febrero el congreso 'Descubriendo a Juana de la Cruz', en la que se hará un recorrido por diversas facetas de la religiosa a partir de las diferentes lecturas que de ella se han hecho.
Los escritos originales se descubrieron en 1999
El postulador de su causa de beatificación, Inocente García, es uno de los máximos conocedores de la figura de Santa Juana de la Cruz, y a quien se le debe, en gran medida, que se desbloqueara su proceso para beatificar a la franciscana toledana, ya que descubrió en 1999 que sus escritos originales se encontraban en la biblioteca del Escorial: “A lo largo de la historia ha habido varios intentos por beatificarla, pero al no encontrarse los escritos originales y entonces hubo censuras y silencios hasta que se hallaron”, ha señalado en declaraciones a ECCLESIA.
Una vez que Inocente García halló los escritos originales de Juana Vázquez Gutiérrez, elaboró una tesis doctoral en Teología en la Universidad de Salamanca para presentar a Roma. En ella, se recogía el legado espiritual y teológico de Santa Juana: “Ella se ponía en oración y estaba hablando horas. Estos escritos los recoge algunas monjas en su convento”.
Unos escritos que comenzó a elaborar una vez que el arzobispo de Toledo, el cardenal Cisneros, la autorizó para predicar al pueblo y fue elegida abadesa del monasterio de Cubas de la Sagra: “Juana sigue el ritmo litúrgico y trata todos los temas de la teología, la vida cristiana, de Dios, del espiritu santo, de un Jesucristo siempre en el centro... Habla del papel de la Iglesia en nuestra vida cristiana”, ha explicado Inocente García.
Juana de la Cruz, una figura influyente en Santa Teresa de Jesús
El postulador de su causa de beatificación ha comentado que la figura de Santa Juana de la Cruz está vinculada a la floración de grandes franciscanos de finales del siglo XV y comienzos del XVI “que ejercerán una gran influencia en los grandes místicos que serían leuego los Carmelitas de san Juan de la Cruz y Santa Teresa”.
De hecho, cuando la Santa Juana murió en 1534, Santa Teresa de Jesús tenía 19 años. Nunca se conocieron personalmente, pero su eco le llegó a través de sus escritos: “Santa Teresa leyó mucho a estos franciscanos como Francisco de Osuna y algunos otros como San Pedro Alcántara, que fue decisivo para animar a Santa Teresa a volar. Está claro que hay una influencia de la escuela franciscana, entre ellas de Santa Juana, en lo que luego serán los grandes místicos, Santa Teresa y San Juan de la Cruz”, ha insistido en ECCLESIA Inocente García.