Los niños, protagonistas del Día de la Infancia Misionera: "La clave está en fijarse en Jesús"
José María Calderón, director de OMP, la religiosa Elvira Pillado y el jovencísimo Mateo Méndez, han detallado el sentido de esta jornada que se vivirá este domingo
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La jornada de infancia misionera organizada por Obras Misionales Pontificias se celebra este domingo, 14 de enero, con el lema “Comparto lo que soy”. Se trata de una jornada dirigida a que niños de todo el mundo se formen en la misión y su generosidad sirva para ayudar a los misioneros en su trabajo con la infancia.
El pasado miércoles tuvo lugar la presentación de esta jornada de la mano de José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, Elvira Pillado, religiosa de Jesús-María y misionera en Tánger y Mateo Méndez, niño participante en el campamento nacional de Infancia Misionera.
Los niños pueden convertirse en misioneros
Según ha expuesto José María, la labor de la infancia misionera no se centra simplemente en recaudar dinero; “los niños pueden convertirse en misioneros de diferentes formas: rezando por los misioneros, y ayudando a los demás, en la medida que les sea posible, a los más desfavorecidos”. A través de la oración, tanto niños como misioneros nos hacen ver el valor que tiene la fe.
El director nacional de OMP ha querido recalcar que “infancias misioneras no es una ONG como tal; la Iglesia debe estar presente en aquellos lugares en los que más se les necesita”.
La labor de los misioneros no depende sólo de ellos, es de todos
Esta campaña se celebra en todo el mundo y se ha convertido en una realidad extendida a los cinco continentes. En la infancia misionera también se incluye el tema de la maternidad, tratando, por ejemplo, las altas tasas de mortalidad de las madres y niños en los partos en aquellos lugares faltos de recursos. En orfanatos, también encontramos a los misioneros católicos llevando el evangelio a través de su entrega, generosidad y servicio.
España es el país que más aporta a la infancia misionera en palabras de José María: “Existe una gran conciencia de los cristianos españoles de ayudar a aquellos niños que menos tienen, para atender las necesidades humanas, físicas y morales”. Declaraba que “queremos hacer conscientes a la gente que la labor que realizan los misioneros no dependen solo de ellos, si no de todos. A través de la oración y también de la aportación económica pueden llevar a cabo sus actividades”.
Infancia misionera tiene la labor de concienciar a los niños de que ellos también son misioneros, en ellos también se puede encontrar un apoyo para los misioneros de misión. Hacer presente la infancia misionera siempre.
"No hace falta ir al Congo para ser misionero"
Mateo Méndez es un joven de 12 años que se suscribió voluntariamente a la revista Gesto, y a partir de ahí comenzó su andadura como joven misionero.
Según nos ha contado Mateo, la primera vez que acudió a los campamentos no tenia la idea de convertirse en niño misionero, fue la segunda vez cuando surgió la idea. “Los gestos pequeños, esas cosas te enseñan a convertirte en misionero. No hace falta irse al Congo para ser misionero, puede ser de otra forma: rezar, bendecir la mesa, ayudar a un amigo... ahí encontramos la diferencia entre ser bueno y ser misionero.” En palabras de Mateo, “la clave está en fijarse en Jesús”.
Misionera en Tánger, Marruecos
La última ponente en esta rueda de prensa ha sido Elvira Pillado, burgalesa religiosa de Jesús-María. Desde 2018 está en Tánger, Marruecos, ejerciendo como misionera. Elvira nos ha contado que el del misionero “es un trabajo de todos los días del año, con mucha gente implicada, desde familias hasta profesores, catequistas, colegios...un trabajo en equipo”
Además, ha recalcado que “hace falta creatividad en las ideas como la de la infancia misionera. El ir como misionera a Marruecos me ha dado la oportunidad de volver a convertirme en niña”. Ha apuntado lo difícil que supone emprender una misión de este tipo, uno comienza con la barrera del idioma. “Dependes para todo de la gente que te rodea y tienes que fiarte de las personas, no te queda otro remedio”. De esta forma, Elvira apunta que “la fe se vive más hacia adentro. Es otra manera de vivir el Evangelio”.
La capacidad de adaptación entre niños y mayores es muy diferente. Nos ha hablado también de los proyectos que llevan a cabo en Tánger: El primero es el de una guardería que apoya la etapa infantil entre los 3 y 5 años de aquellos niños cuyas familias carezcan de recursos y que posee 85 plazas y el segundo, una casa de acogida para niñas de entre 6 a 14 años, por la que ya han pasado más de 47.
“Es un trabajo al que hay que dedicarle alma vida y corazón pero muy bonito”. En la página web de infanciamisionera.es se pueden encontrar los vídeos para conocer los testimonios de diferentes misioneros y toda la información necesaria para vivir esta infancia misionera.