Luis Argüello sobre 'Dilexit nos', la nueva encíclica del Papa: "Solo su amor hará posible una humanidad nueva”

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, asegura que la cuarta encíclica del Papa Francisco, 'Dilexit nos' ('Él nos ha amado) pone el foco en el Corazón de Jesús que “derrama los tesoros de su luz y de su amor para recuperar lo más importante y necesario: el corazón”.

A través de su cuenta de X (antiguo Twitter), el también arzobispo de Valladolid ha explicado que en documento papal hecho público este jueves, se pone de manifiesto que “de la herida del costado de Cristo sigue brotando ese río que jamás se agota. Sólo su amor hará posible una humanidad nueva”, se puede leer en el tuit.

La encíclica del Papa Francisco 

En la cuarta encíclica del Papa Francisco, se retoma la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, justo en un año en el que se celebra el 350 aniversario de esta práctica de piedad.

Este texto, de 32.000 palabras, está dividido en cinco grandes capítulos y en él, no solo se recogen reflexiones de sus predecesores, como Pio XII, Benedicto XVI, Juan Pablo II o Pablo VI, sino que se nos invita a recordar que “Jesús nos espera sin condiciones sin exigir ningún requisito previo para amarnos y ofrecernos su amistad”. Además, el Papa Francisco en esta encíclica, profundiza en la idea de que “su corazón nos impulsa a amar” y “nos envía a los hermanos porque ahí es donde podemos encontrar todo el Evangelio”.

En este nuevo texto, el Papa Francisco pidió al Señor, “ante el Corazón de Cristo (…) que una vez más tenga compasión de esta tierra herida, que él quiso habitar como uno de nosotros”. Además, pide que “derrame los tesoros de su luz y de su amor, para que nuestro mundo que sobrevive entre las guerras, los desequilibrios socioeconómicos, el consumismo y el uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón”.

Es por eso que en el texto se señala que “lo escrito en las encíclicas sociales 'Laudato si' y 'Fratelli tutti' no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común”.