La surrealista nota que recibió una doctora de Palencia en consulta de uno de sus 'pacientes': "Se llevan muy mal"
La sanitaria Elena Díaz dedica parte de su día a día a atender a los sacerdotes de avanzada edad en la diócesis de Palencia: “Algunos cuando llegué estaban en silla de ruedas y en sus habitaciones tenían sus andadores"
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Dedicar tu tiempo a los demás cuando te jubilas hace bien a muchos, empezando por el propio jubilado pero también para los beneficiarios. Es lo que hace Elena Díaz, sanitaria retirada desde hace unos años y que actualmente se dedica a acompañar y cuidar a los sacerdotes de la diócesis de Palencia.
Todo surgió por el deseo de Elena de hacer un voluntariado una vez que 'colgase' la bata, y al ser el mundo sacerdotal tan desconocido para ella, dio el paso adelante. Tal y como ha comentado en 'Ecclesia al día', la sanitaria cuenta con su consulta en la casa sacerdotal, donde atiende a los presbíteros que viven en su interior, de avanzada edad, o curas que vienen de fuera pero buscan asesoramiento médico.
“Los de fuera normalmente consultan por dudas, inseguridades sobre todo en relación a informes o tratamientos que no saben si están bien hechos. A veces es solo hablar y aclarar dudas, darles un poco de tranquilidad. Luego con los sacerdotes ancianos de la casa sacerdotal y el trabajo es diferente, les soluciono algún problema sencillo como un dolor de garganta o muscular, pero también se hace una función sociosanitaria de ayudar a caminar de las personas, tener cuidado con las dietas...”, ha precisado.
El sedentarismo, entre los principales problemas de los sacerdotes
La falta de ejercicio es uno de los problemas comunes entre los sacerdotes ancianos, como ha explicado Elena Díaz, quien les anima a “salir a la calle a pasear”. “Algunos cuando llegué estaban en silla de ruedas y en sus habitaciones tenían sus andadores. En medicina no hay que adelantar etapas, y si pueden andar con andador por qué van a ir en silla de ruedas, entonces les animo a andar con los andadores, les acompaño al principio por el pasillo de la casa sacerdotal...”
Cuestionada si los sacerdotes son buenos pacientes, la sanitaria responde que “generalmente sí”, pero reconoce con sorna que “cuando no estoy se escaquean un poco por lo que me cuentan”.
En cualquier caso, el testimonio de Elena Díaz es el de una jubilada que se entrega a los demás, recibiendo a cambio “el cariño, la valoración, aprendo muchas cosas de ellos cada día”, ha aseverado.
La nota que recibió la sanitaria de uno de los sacerdotes: "Repelen a las polillas"
Además del asesoramiento sanitario, entre Elena y los sacerdotes se producen momentos de conversación con el objetivo de fomentar la convivencia entre ellos: “A veces están leyendo el periódico o están entretenidos en la sala y como me gusta que convivan les organizo charlas por ejemplo sobre el cuidado de salud mental que lo va a dar un psicólogo de la diócesis o sobre la salud física”, ha agregado.
Y como es lógico, las anécdotas no faltan en el día a día de Elena con los presbíteros: “Un día llego a la consulta y me encuentro en la mesa con una notita y encima una castaña pilonga. La nota decía que las castañas pilongas se llevan muy mal con las polillas, y que tuviera siempre una castaña pilonga en mi armario. Lo miré y lo confirmé, las castañas pilongas repelen a las polillas”, ha detallado Elena en 'Ecclesia al día'.