La verdad sobre el Adviento: el por qué y para qué

La palabra "adventus" significa venida. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas antes del nacimiento del niño Jesús en Navidad

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El programa ‘Ecclesia’ de TRECE ha querido adentrarse en este tiempo litúrgico de la mano de Alfonso Crespo Hidalgo, sacerdote diócesis de Málaga. Pero, ¿qué es el Adviento y por qué es tan importante estar preparados?

El Adviento supone una oportunidad para prepararnos en la esperanza y el arrepentimiento ante la llegada del Señor. “Es una venida, una escalera con 4 escalones. Pero en esta ocasión en vez de subir, alguien baja: Dios hacia nosotros. Nos preparamos para su llegada”, ha explicado el sacerdote Alfonso Crespo en el programa ‘Ecclesia’.

El sacerdote malagueño ha dicho que la liturgia de la iglesia es algo inmemorial y una de sus grandes riquezas, por eso, como ha contado a TRECE, “nos puede extrañar que el Adviento sea un tiempo penitencial, con vestimentas de color morado. Penitencia no sólo es sufrimiento, es también preparar el corazón para prepararnos para recibir al Señor”. Este es el primer domingo de Adviento. El segundo domingo, es el de la conversión. La tercera semana se celebra el domingo Gaudete, el de la alegría, para dejar paso al día del anuncio de la venida del Señor. Así lo ha explicado Alfonso Crespo.

La corona de Adviento

Cada tiempo litúrgico tiene sus propios signos y en el Adviento es la corona. Está presente en las parroquias y en muchas casas. Su origen se remonta al Norte de Europa y fue asimilado por la tradición cristiana en siglo XVI, comenzando en Alemania, donde adquirió un nuevo significado: la esperanza en un nuevo ciclo con la venida del Salvador. La corona representa las cuatro semanas del tiempo de espera hasta la Navidad y está cargada de simbolismo: consta de cuatro velas, que se encienden una a una cada domingo de Adviento, como signo de la luz de la fe. Aunque hay varios tipos, lo frecuente es que las velas sean de color morado, el del espíritu de vigilia propio de este tiempo. Sólo hay una en la corona que es de color rosa: para el tercer domingo de Adviento.

Las velas están rodeadas con ramas verdes, sin flores, como muestra de la esperanza. Por su color, es signo de la espera ante la venida del Señor. La corona de Adviento se dispone en forma circular, figura geométrica perfecta, que recuerda que Dios no tiene principio ni fin, así como su amor a la humanidad. Y algunas coronas tienen detalles en rojo, el color de la alegría por la cercanía del nacimiento de Cristo. A la tradicional corona se puede añadir una quinta vela blanca, que se enciende en la cena de Nochebuena, como forma de manifestar que Dios está presente.

El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona, significa la progresiva preparación para recibir la luz de la Navidad. La luz que emana de cada vela encendida nos recordará que Jesucristo es la luz del mundo y que quien está fuera de Él, habita en las tinieblas.

Y son muchas las actividades que se realizan durante este tiempo de espera. En la diócesis de Málaga, por ejemplo, como cuenta el sacerdote Alfonso Crespo, es habitual hacer un “toque de campanas” para marcar el comienzo del Adviento y “en mi parroquia el primer domingo ponemos la corona. Los niños de catequesis encienden la vela cada domingo y hacemos una campaña solidaria de Navidad”, ha dicho el sacerdote. La vela significa luz y la luz nos remite a Cristo.

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