Carlos y Cristina, matrimonio de 17 hijos al que la enfermedad de Pedrito les cambió la vida: "Cada día era una lucha"

La pareja comparte en 'Ecclesia, es domingo' la historia de fe que ha rodeado a su familia pese a los difíciles momentos: "El amor que hemos recibido nos han dado fuerzas para seguir adelante"

Carlos y Cristina en 'Ecclesia es Domingo'
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Álvaro Sáez

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4 min lectura

En un mundo donde las dificultades a menudo parecen insuperables, la historia de Carlos y Cristina brilla como un faro de esperanza. Esta pareja, que ha estado unida durante más de 20 años y ha criado a nada menos que 17 hijos, se enfrentó a uno de los mayores desafíos de su vida: la enfermedad de su hijo, Pedrito. Su viaje es un testimonio de amor, fuerza y la profunda conexión familiar que trasciende incluso los momentos más oscuros.

Carlos y Cristina se conocieron en su juventud y desde entonces han construido una vida juntos, repleta de momentos felices y desafíos. Sin embargo, su mayor prueba llegó cuando Pedrito fue diagnosticado con una enfermedad que afecta su salud. La noticia fue devastadora, pero en lugar de dejarse llevar por la desesperación, la pareja decidió unir fuerzas para enfrentar la situación con mucha fuerza y amor.

La enfermedad de Pedrito les exigía una dedicación incondicional. Carlos y Cristina han aprendido a compaginar sus trabajos con las constantes visitas médicas y tratamientos, siempre priorizando el bienestar de su hijo. "Cada día era una lucha, pero cada sonrisa de Pedrito nos recordaba por qué lo hacemos", expresó Carlos, con emoción en la voz.

Superando obstáculos

La familia tuvo que adaptarse a una nueva rutina que incluye terapias, medicaciones y un entorno que permita a Pedrito desarrollarse lo mejor posible. A pesar de las dificultades, Carlos y Cristina encontraron en esta experiencia un propósito renovado. "No solo luchamos por su salud, sino también por su felicidad", añade Cristina, quien se ha convertido en una defensora de la inclusión y los derechos de los niños con enfermedades similares.

La comunidad ha sido un pilar fundamental para la familia. Amigos, familiares y vecinos han brindado su apoyo, organizando eventos y recaudaciones de fondos para ayudar a cubrir los gastos médicos. Esta solidaridad ha reforzado la convicción de Carlos y Cristina de que no están solos en su batalla. "La empatía y el amor que hemos recibido nos han dado fuerzas para seguir adelante", afirman.

Un mensaje de esperanza

A través de su experiencia, Carlos y Cristina han aprendido a valorar cada pequeño logro. Desde una nueva palabra que Pedrito aprende a pronunciar hasta un día sin crisis de salud, cada momento es celebrado como una victoria. Todo esto les ha hecho tener siempre una perspectiva positiva y ver esta situación como un regalo.

Además, han decidido contar su historia no solo para dar visibilidad a su situación, sino también para inspirar a otros: "Queremos que la gente sepa que, aunque el camino sea difícil, hay esperanza. Siempre hay esperanza", subraya Cristina. Su mensaje es claro: no hay que rendirse, y el amor puede ser el motor que impulse a las familias a seguir adelante, incluso en los momentos más complicados.

La importancia del apoyo emocional

El viaje de Carlos y Cristina también ha puesto de manifiesto la importancia del apoyo emocional. Ellos encontraron en grupos de apoyo y terapia la manera de expresar sus emociones y compartir sus experiencias con quienes atraviesan situaciones similares. "Hablar con otros padres nos ha ayudado a sentirnos comprendidos y menos solos", confiesa Carlos.

Este matrimonio también ha hecho un esfuerzo por cuidar de su relación. A pesar de la carga emocional que supone cuidar a un hijo enfermo, han encontrado momentos para estar juntos, salir a caminar o disfrutar de una cena. "Es fundamental que, como pareja, sigamos apoyándonos. No podemos olvidar que también somos un equipo", dice Cristina. Además, Carlos y Cristina han encontrado en grupos de apoyo un espacio seguro donde compartir sus experiencias y conectar con otros padres en situaciones similares. "Hablar con otros nos ha ayudado a sentirnos comprendidos y menos solos en este camino", señalaron.

La historia de esta familia es un poderoso recordatorio de que el amor y la resiliencia pueden superar los momentos más difíciles. Con cada desafío, Carlos y Cristina siguen adelante, dejando un legado de esperanza y fortaleza que inspira a muchos. "Queremos que nuestra historia llegue a otras familias. Nunca deben perder la fe", concluyó Carlos.

Además desde este episodio han acogido a otros niños que tienen enfermedades. Son 17 en casa. 

Un legado de amor y fortaleza

La historia de Carlos y Cristina es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos que la vida presenta, el amor y la resiliencia prevalecen ante todo lo demás. Su testimonio no solo ilumina la difícil realidad de muchas familias que enfrentan enfermedades infantiles, sino que también da un mensaje de esperanza y comunidad.

El amor y la fe supera todo y su historia se convierte en un legado de fortaleza que, sin duda, llegará a muchos corazones.

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