Los secretos de San Francisco de Asís desvelados por una historiadora del arte

María del Camino Viana explica cómo el 'Cristo de San Damián' trasciende la representación del sufrimiento y transmite "un mensaje de vida"

Redacción Religión

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En el día en el que se celebra la figura de San Francisco de Asís, la historiadora del arte, museóloga y pedagoga, María del Camino Viana, ha compartido todos los detalles sobre el emblemático "Cristo de San Damián", de autor umbro desconocido y datado en el siglo XII

María ha situado a los asistentes en el otoño de 1205, un momento crucial en la vida de San Francisco, quien, en medio de una crisis vocacional, se retiró a la capilla de San Damián para rezar. En ese momento de profunda introspección, escuchó la voz de Cristo que le instaba a "reparar mi iglesia", una llamada que trascendió el ámbito literal de la restauración física de la capilla y que resonó a lo largo de su vida y misión.

 

Cristo de San Damián

"un cristo vivo y glorioso"

El crucifijo, que mide más de dos metros y está elaborado en madera de nogal con un lienzo pintado, es un ejemplo notable del estilo románico. María ha destacado la singularidad de la obra, que, a diferencia de otras representaciones del Cristo crucificado, presenta a un Cristo vivo y glorioso: “Aparece un Cristo vivo de pie que poco tiene que ver con la agonía del instrumento de tortura donde está. Es interesantísimo, porque no se trata de encontrar un cadáver un torturado... sino a alguien vivo, y esto es lo que transmite este crucifijo de San Damián. Un Cristo que mira al cielo, con esa aureola que le rodea la cabeza y que lo presenta como el Hijo de Dios”.

La historiadora ha explicado que la obra está concebida como un icono, un lugar de encuentro espiritual, donde la luz emana del propio cuerpo de Cristo, y que crea así una sensación de divinidad que invita a la contemplación. Esta técnica de iluminación es característica del arte oriental y sirve para resaltar el mensaje de la resurrección. "Aquí, el Cristo mira al cielo, no con dolor, sino con una gloria que desafía la muerte".

ministerio pascual, universalidad y vocación

Además, María ha analizado los detalles iconográficos, como el nimbo crucífero que rodea la cabeza de Cristo, que lo presenta como el Hijo de Dios: "Esta obra no solo evoca la Pasión, sino que también invita a reflexionar sobre el misterio pascual y la universalidad del sacrificio de Jesús". La conversación también ha abordado la importancia de los personajes que rodean a Cristo en la obra, como la Virgen María y San Juan, que refuerzan el mensaje de comunidad y misión.

Una obra que, como ha explicado la propia María, alude al misterio pascual, a la universalidad del sacrificio de Jesús y a la vocación cristiana.

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