La extraordinaria historia de la Orden de Malta, la organización sanitaria más antigua del mundo

Hoy en día la institución funciona como una entidad soberana y mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados, incluyendo la Unión Europea

La extraordinaria historia de la Orden de Malta, la organización sanitaria más antigua del mundo

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Acaba de reeditar el "Reglamento de la Sagrada Enfermería" de 1725, un tratado único en su género sobre las características que debe tener una persona dedicada a los enfermos y la forma de atender a los pacientes. En este libro se confirma la vocación de servicio de esta entidad que en tiempos de pandemia se ha multiplicado acogiendo y el cuidando enfermos, heridos, pobres y refugiados.

Las cifras hablan por sí solas: 13.500 miembros, 80.000 voluntarios permanentes y 42.000 profesionales de la sanidad. A esto se le suman 20 hospitales, 110 residencias de ancianos y cientos de centros médicos financiados y gestionados directamente por la Orden de Malta, que también mantiene acuerdos con gobiernos y agencias internacionales en 120 países. Por poner tan sólo un ejemplo, el Hospital de la Sagrada Familia de Belén ha visto nacer entre sus muros desde 1990 a 86.000 niños, con tasa de mortalidad infantil inferior al 1%.

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Una historia apasionante que arranca en la época de las Cruzadas

Para conocer el origen de la Orden de Malta tenemos que trasladarnos nada menos que hasta Tierra Santa, al inicio del Siglo XI, exactamente en el año 1048. Un grupo de mercaderes italianos originarios de Amalfi consiguieron que el Califa de Egipto les diera permiso para construir en Jerusalén una iglesia, un convento y un hospital dedicado a San Juan Bautista para asistir a los peregrinos.

Este fue el nacimiento de la comunidad religiosa de los Hospitalarios de San Juan. Su fundador y primer Gran Maestre fue el Beato Gerardo. El Papa Pascual II a través de una Bula, el 15 de febrero de 1113 puso la orden bajo la protección de la Santa Sede. Desde aquel momento tuvieron el derecho de elegir libremente a sus superiores, sin interferencia de otras autoridades laicas o religiosas.

Al fundador le sucedió el Beato Frey Raymond du Puy, quien redactó la primera Regla: todos los hermanos debían ser religiosos, ligados por los tres votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia, y dedicarse a la asistencia a los pobres y los enfermos. Desde entonces a la cabeza se encuentran hombres laicos que realizan votos de pobreza, castidad y obediencia ante el papa.

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La Orden adopta la cruz octagonal blanca por la que hoy en día se les sigue reconociendo

Cuando se constituyó el reino de Jerusalén, la Orden debió asumir también la defensa militar de los enfermos y los peregrinos, la protección de sus centros médicos y de las principales vías de comunicación. En ese momento la Orden adopta la cruz octagonal blanca por la que hoy en día se les sigue reconociendo.

Tras la pérdida de Tierra Santa en 1291 construyeron nuevos hospitales en Chipre. Aprovecharon la situación estratégica de la isla para organizar una flota naval que protegiera a los peregrinos en la ruta marítima hacia Tierra Santa. Poco después en 1307, se establecieron en la isla de Rodas bajo la dirección del Gran Maestre Frey Foulques de Villaret, pero tras el asedio del Sultán Solimán el Magnífico, los Caballeros se ven obligados a rendirse en 1523, abandonando la isla de Rodas con honores militares.

La Orden queda sin territorio hasta 1530, cuando toma posesión de la isla de Malta, cedida por el Emperador Carlos V con la aprobación del Papa Clemente VII. Se decide entonces que la Orden permanecerá neutral en las guerras entre naciones cristianas.

En 1565 los Caballeros defienden heroicamente la isla frente a los otomanos durante el Gran Asedio de Malta y consiguen que no entren en Europa. El año siguiente se inicia la construcción de la ciudad fortificada. Los Caballeros transforman Malta, con grandes proyectos urbanísticos. En la isla se erige un nuevo y gran hospital, considerado uno de los mejor organizados del mundo. También se funda una escuela de anatomía, a la que siguió la facultad de medicina. La Orden contribuye, en particular, al desarrollo de la oftalmología y la farmacología.

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La llegada de Napoleón cambió todo

Durante los siglos XVII y XVIII la Orden, que reina en Malta, es un interlocutor obligado para cualquier Estado que tenga intereses políticos, militares o comerciales en el Mediterráneo. Famosa en toda Europa, la escuela naval de Malta forma a numerosos oficiales franceses y de otras fuerzas navales.

Durante la campaña de Egipto de 1798, Napoleón Bonaparte ocupa Malta por su alto valor estratégico. Los Caballeros se ven obligados a abandonar la isla, ya que la Regla de la Orden les impide alzarse en armas contra otros cristianos. El Tratado de Amiens, firmado en 1802, que establece el derecho soberano de la Orden sobre la isla de Malta, pero no se aplicaría jamás.

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Entidad soberana que mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados

Tal como relata la página web oficial de la Orden de Malta, fue Rusia quien acudió en su auxilio. El zar Pablo I, que no era católico, se convierte en Gran Maestre, asegurando así la continuidad de la Orden en uno de los momentos históricos y políticos más dramáticos de su larga existencia. A la muerte de Pablo I en 1801, su hijo Alejandro no reivindica el cargo de Gran Maestre, que asume el italiano Giovanni Battista Tommasi en 1803.

Tras haber establecido su sede primero en Messina, y después en Catania y Ferrara, en 1834 la Orden se establece definitivamente en Roma, en el entonces Estado Pontificio. A partir de este momento se pone en marcha a gran escala la asistencia a los pobres y los enfermos, especialmente durante la Primera y la Segunda Guerras Mundial.

Hoy en día la institución funciona como una entidad soberana y mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados, incluyendo la Unión Europea. Dispone de un observador permanente en Naciones Unidas. Además, conserva su propio ordenamiento jurídico y emite sus propios sellos, pasaportes y matrículas. El dinero para sus proyectos proviene principalmente de donaciones y de acuerdos con países.

En estos momentos el máximo responsable es Frey Marco Luzzago, pariente del Papa Pablo VI. El 8 de noviembre de 2020 fue elegido por una gran mayoría Lugarteniente del Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta.