La Iglesia en Mongolia, expectante ante la visita del Papa: "Es una gracia especial y un gran honor"
El cardenal Giorgio Marengo ha concedido una entrevista a los medios vaticanos a pocos días de la llegada del Papa a Ulán Bator: "Nos hará sentir el centro de la Iglesia"
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Dentro de cuatro días, el Papa Francisco viajará a la ciudad de Ulán Bator, capital de Mongolia, donde permanecerá hasta el domingo, 4 de septiembre. Sumando la ida y la vuelta, el Pontífice recorrerá más de 16.500 kilómetros.
En una entrevista a los medios vaticanos, el cardenal Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, ha sido claro ante el próximo viaje del Santo Padre: “Es una gracia especial y un gran honor […] poder tener entre nosotros el Papa es un don inmenso”. Es la primera vez que un Pontífice llega a Mongolia y por eso “desde un punto de vista idealista puede remontarse a un acontecimiento que tuvo lugar hace 800 años, cuando el papa Inocencio IV envió al monje Giovanni da Pian del Carpine, como su mensajero de paz a los mongoles a las puertas de Europa”.
Pero, ¿qué espera el joven cardenal de este próximo viaje del Papa? Marengo cree que “ayudará especialmente a los fieles católicos mongoles a sentirse verdaderamente en el corazón de la Iglesia. A nosotros, que vivimos geográficamente en una zona del mundo muy periférica, la presencia del Papa nos hará sentir no lejanos, sino cercanos, en el centro de la Iglesia. Y además será importante para el fortalecimiento de las relaciones entre la Santa Sede y el Estado mongol, que ya son buenas”
¿Cómo se está preparando la Iglesia para acoger el Pontífice? Entusiasmo y fervor son las dos palabras que ha utilizado el cardenal: “Esta visita es muy importante para nosotros y por eso hemos querido precederla de la peregrinación con la estatua de la Virgen María que fue encontrada, hace algún tiempo, en un vertedero del norte del país por una pobre mujer no cristiana. Esta estatua visitó las distintas comunidades católicas donde se rezó el Santo Rosario para invocar bendiciones en este viaje”.
Los católicos en Mongolia son alrededor de unos 1.500, reunidos en 8 parroquias y una capilla. Cinco de ellas están situadas en la capital y las demás en zonas más periféricas: “El 70% de las actividades de la Iglesia se dedican a proyectos de promoción humana integral: desde la educación a la asistencia sanitaria, pasando por la atención a las personas más frágiles. Pero también se ocupa de la vida de fe, que se realiza a través del pre-catecumenado, el catecumenado, la vida litúrgica y la catequesis permanente”.
Mongolia vive en un permanente diálogo interreligioso y el cardenal italiano tiene claro que es algo que “siempre ha marcado la experiencia eclesial en el país. La Iglesia se encuentra en una situación de absoluta necesidad de relaciones con los fieles de otras tradiciones religiosas”.
Es por esta razón que esta dimensión de la sinodalidad “forma parte de nuestra experiencia eclesial”: “La dinámica de consultar a todos los componentes eclesiales pertenece a la práctica de esta Iglesia. Es bueno sentirse en plena sintonía con todo el mundo católico en esta etapa en que la Iglesia universal se detiene a reflexionar más sobre la sinodalidad”.