Las redes en Uruguay celebran a la próxima primera santa del país

“¡Primera santa uruguaya!”. Esta ha sido la exclamación más repetida en las redes sociales de Uruguay tras conocerse que el Papa Francisco ha aprobado el decreto de la canonización de la Madre Francisca Rubatto. Aunque nacida en Italia en 1844, donde fundó la congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano cuando sólo contaba 40 años, desarrolló su misión en Uruguay. Evangelizó toda la zona oeste de la capital, trabajó por la dignidad de la mujer fundando escuelas y talleres para las chicas, sobre todo las de barrios populares.

Siempre buscaba mezclarse con la gente, aún con los trabajadores que iban al matadero los domingos por la mañana, tomando el tren a las cuatro con ellos. Fue capaz de ver las necesidades de ropa, de comida, de enseñar el catecismo y, con una profunda visión decidió instalar un grupo de sus hermanas en el barrio de Belvedere, donde actualmente se encuentra el santuario en el que descansan sus restos.

En dicho barrio realizó un enorme trabajo de promoción y evangelización: procuró que las niñas tuvieran un oficio para ganarse la vida, para que no fueran dependientes de sus hogares. Les enseñaba costura y a su vez les ofrecía una sólida enseñanza religiosa. Esos talleres son hoy grandes instituciones, como el Colegio San José de la Providencia de Montevideo.

Movida por su inquietud misionera viajó incluso a la Amazonia llevando a siete monjas, pero al año y medio sufrieron una masacre a manos de aborígenes del lugar, por lo que la Congregación cuenta con siete hermanas mártires. Sus hermanas actuales subrayan que la Madre Rubatto es una santa a pie de calle, que todos pueden imitar, porque vivió la santidad con el trabajo cotidiano, alimentándose de los sacramentos y de la oración, pero sin hacer cosas extraordinarias.