“A los que delinquen no se les puede quitar la dignidad”. Una reflexión sobre la indiferencia
'Restringidos en la indiferencia, testimonios dentro y fuera de la cárcel' es el nuevo libro de la religosa Emma Zordan, quien conoce en profundidad la realidad de los presos
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Sor Emma Zordan, una religiosa de las Adoratrices de la Sangre de Cristo y voluntaria durante muchos años en el instituto romano de Rebibbia, ha escrito un nuevo libro titulado 'Restringidos en la indiferencia,testimonios dentro y fuera de la cárcel', en el que reflexiona sobre la indiferencia que sufren los presos en las cárceles
La nueva obra de la religiosa refleja la indiferencia y el daño que esto provoca en los reclusos:“La indiferencia hace daño al detenido porque crea alejamiento, soledad, abandono... es la dignidad de la persona la que queda comprometida, destruida, anulada, sin un mínimo de compasión, piedad, misericordia”.
El libro ha sido presentado en la Biblioteca Municipal "Adriana Marsella en la localidad italiana de Cisterna di Latina, dentro de Lazio. Además, el prólogo lo ha escrito el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. “Cuando se es indiferente hacia alguien, puede que no se haya hecho nada malo, pero sobre todo no se ha hecho nada bueno".
"La indiferencia condena también a quien la practica"
Así explica el cardenal Zuppi su idea de la indiferencia, afirmando que “este mal condena ciertamente a quien necesita atención, pero al mismo tiempo, y quizá aún más, condena a quien la practica con los demás”.La hermana Emma ha recalcado la importancia de que los presos sean tratados como personas, afirmando que "me gustaría proponer un modelo en el que los presos se sientan tratados como hombres, según el modelo de Jesús, que no vino por los autodenominados justos sino por los pecadores necesitados de perdón y misericordia".
Además, la obra recoge el testimonio de estos presos marcado por la indiferencia pero que, sin embargo, apunta la hermana Emma que “se trata de un mal que se puede curar a través de la bondad, el amor y la sensibilidad hacia los demás. Están convencidos de que sólo el amor hace vivir, el de la familia sobre todo, sólo la fuerza del amor vence la indiferencia y marca la diferencia. En los presos hay una gran confianza en el amor de Dios al que se aferran para no desesperar".
La tarea fundamental de la cárcel es reeducar y rehabilitar a sus presos y ante esto, la hermana Emma, apunta que “Si el preso sigue siendo el mismo, hemos perdido todos, ha perdido la sociedad, que nunca estará a salvo, porque a las personas que delinquen hay que quitarles el derecho a la libertad, pero no la dignidad”