Obispo de Mauritania: "No dejaremos que los terroristas nos dividan"
Mons. Happe hace un llamamiento a la unidad entre cristianos y musulmanes, y entre etnias, para combatir juntos al terrorismo islamista
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La reunión de los obispos africanos del pasado mes de mayo ha sido un cónclave marcado por los recientes atentados terroristas en Burkina Faso. De hecho, tuvo lugar en Uagadugú, capital de Burkina Faso. Mons. Happe, obispo de la diócesis de Nuakchot, en Mauritania, ha participado en este cónclave - el tercero de los obispos de África en este año.
El prelado, de origen alemán, ha hablado con la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre los dramáticos acontecimientos y la situación de los cristianos en esta región de África.
Lo primero que quiere dejar claro Mons. Happe es el símbolo que se ha podido ver en Uadugú del pasado 13 al 20 de mayo: cien obispos de toda África juntos en Burkina Faso. "Ha supuesto un gesto de aliento para la Iglesia y para todo el país", afirma.
El problema del terrorismo está manifestándose en varias zonas de África, pero cada atentado repercute en todos. "No sólo Burkina Faso está afectado por la violencia, sino toda la región", explica.
"No dejaremos que nos dividan"
El prelado recuerda que el origen de la violencia proviene de fundamentalistas islamistas. Expone que su objetivo es tratar de iniciar un conflicto ya sea "dentro de grupos étnicos, como entre católicos y musulmanes". En este sentido, resalta que "la mayoría de las víctimas de esta ola de violencia son musulmanas".
Si los cristianos son un blanco para los terroristas es por ser "no musulmanes". Ellos, y quienes no siguen la corriente wahabista y fundamentalista del Islam, son los objetivos de los terroristas. Concretamente, Mons. Happe cifra en 160.000 los desplazados que huyeron de Mali a Mauritania y a los que persiguen los terroristas.
El mensaje que han transmitido desde la asamblea es que los cristianos y las etnias van a permanecer unidas. Así es como van a poder evitar caer en la trampa de la división que traman los radicales islamistas. "No dejaremos que nos dividan. No nos dejaremos dividir entre las diferentes religiones y tribus. De lo contrario, caeremos en la trampa que nos tienden los terroristas".
"Quien mata en nombre de Dios no es un mensajero de Dios"
Recuerda que el fundamentalismo y la religión son conceptos antónimos. En relación a los recientes atentados, ha remarcado que "quien mata en el nombre de Dios no puede llamarse a sí mismo un mensajero de Dios". Además, ha llamado a reforzar esta cooperación, que ya existe" con los líderes religiosos del Islam, porque, mantiene, "es el único medio de combatir la violencia.
El episcopado da una clave importante para entender la realidad de la persecución: la religión es una excusa para las luchas territoriales y de poder. "Muchas veces el fanatismo religioso es sólo un pretexto. Se trata de los recursos naturales, se trata del poder político. Es una historia muy compleja", asegura Happe.
Mons. Happe está al frente de una Iglesia "muy pequeña", de 4.000 católicos. Para ellos pide oración, en un país en el que él puede viajar, por el momento, con total libertad y sin miedo. "Pero no sé cuánto tiempo durará eso".