El obispo y la monja de Níger que mantienen la fe ante la persecución
Desde los atentados de Charlie Hebdó, Mons. Ouédraogo y la hermana Kingbo saben que llevar la cruz es más que difícil
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las publicaciones en el diario satírico francés Charlie Hebdó de caricaturas haciendo mofa del Islam generaron más de un atentado. En suelo europeo hubo represalias de los terroristas, pero en Níger, África se comenzó a desestabilizar una convivencia: la de los musulmanes con la minoría cristiana. El obispo Mons.Ambroise Ouédraogo y la hermana Marie Catherine Kingbo han contado a Ayuda a la Iglesia Necesitada internacional cómo es mantenerse fieles a la cruz ante este contexto.
A Charlie Hebdó le siguió la violencia contra los cristianos
Mons. Ouédraogo tiene 70 años y está al frente de la diócesis de Maradi, en Níger. Hasta ahora era el primer y único obispo de Maradi, la primera de las dos diócesis que hay en todo el país. En Níger, exactamente esta diócesis de Maradi, "menos del uno por ciento de los 15 millones de habitantes son cristianos", expone.
Los católicos en su diócesis son alrededor de 5.000 o 6.000. El prelado destaca la seguridad en la convivencia entre sus fieles y la mayoría musulmana...hasta que ocurrieron los hechos de Charlie Hebdo.
"Esta situación cambió sin embargo en el año 2015, cuando se publicaron en la revista satírica francesa Charlie Hebdo caricaturas críticas con el Islam, que desencadenaron una ola de violencia", recuerda.
Los disturbios siguieron a los atentados y se cobraron la vida de, al menos, 10 cristianos en cuestión de pocas horas. Más de 70 iglesias y otras instituciones cristianas fueron destruidas. Alrededor del 80 por ciento de las iglesias cristianas del país se vieron afectadas, especialmente en las regiones de Niamey y Zinder.
“Los cristianos tenían mucho miedo de los islamistas radicales. Como se vienen produciendo, con irregular periodicidad, incidentes contra los cristianos, sigue dándose ese temor”, dice Mons. Ouédraogo.
Hace tan solo dos semanas, grupos radicales que protestaban contra la detención de un imán incendiaron la iglesia protestante de Maradi, que se encuentra en el territorio de su diócesis. El imán fue arrestado por hablar en sus sermones contra un proyecto de ley que prevé un mayor control de las fuentes de financiación en la construcción y el funcionamiento de lugares de culto privados. A pesar de manifestaciones en su contra, el proyecto de ley fue aprobado por el Parlamento el lunes 17 de junio.
El bien que se extiende entre la violencia
La hermana Marie Catherine Kingbo vive con su comunidad de la Fraternidad de los Siervos de Cristo a ocho kilómetros de Maradi, donde se ha producido el último ataque. “Esperábamos ataques, pero no creíamos que un proyecto de ley los fuera a desencadenar”, asegura en la conversación mantenida con ACN.
El Níger que conoció hace 15 años, cuando llegó al país, no se parece en nada al actual. Según dice, entonces no había prácticamente tensiones interreligiosas. "Ahora, oigo decir incluso a musulmanes que hay demasiadas mezquitas y escuelas del Corán, pero no suficientes pozos y clínicas”, comenta Catherine.
Su comunidad y las estudiantes a las que enseña están bajo protección policial permanente por temor a los ataques islamistas. “El mal desatado en Libia, Siria y otros países del norte de África y de Oriente Próximo también se está extendiendo rápidamente aquí”, comenta.
Pero no solo el mal se propaga, sino también la bondad. De eso está convencida sor Catalina. Su congregación religiosa está llevando a cabo muchas actividades en beneficio de la sociedad. Las religiosas apoyan a mujeres necesitadas; además, también organizan un encuentro anual entre cristianos y musulmanes.
"Ellos pueden tener armas, pero nosotros tenemos a Jesús"
En 2006, 28 personas participaron en la primera de estas conferencias interreligiosas. En 2018 ya eran 350, y las relaciones con los imanes y vecinos locales son buenas, explica sor Catalina. Por esto, no entra en consideración que limite su trabajo por miedo al extremismo: "No nos iremos. Ellos pueden tener armas, pero nosotros tenemos a Jesús".
Del mismo modo piensa también Mons. Ouédraogo. Tampoco él ha cuestionado nunca la cooperación y el diálogo con los musulmanes.“Muchos musulmanes consideran que la situación actual es profundamente vergonzosa y muestran solidaridad con los cristianos”, subraya el obispo. “Entre el 95 y el 98 por ciento de los alumnos de nuestros centros son musulmanes y Cáritas también tiene proyectos en regiones en las que viven casi exclusivamente musulmanes. Nosotros no hacemos ninguna discriminación. Y así seguirá siendo”.
La Fundación Pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) apoya desde hace muchos años a la Iglesia en Níger y financia, entre otros proyectos, la formación en la fe. También apoya a sacerdotes con medios de subsistencia.