El relato del misionero en Israel que se resguardó en el bunker de su vivienda para no morir entre las bombas

La nueva oleada de violencia en el territorio palestino de la Franja de Gaza, dentro del estado de Israel, deja hasta el momento más de 200 fallecidos, de los cuales más de un cuarto son menores. Pese a que la inmensa mayoría de las víctimas mortales son palestinos, también los hay israelíes.

Una última escalada bélica que estalló el 10 de mayo, después de que Hamás disparara varios proyectiles, un día después de que agentes israelíes irrumpieran en la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, e hirieran a cientos de fieles en pleno Ramadán.

Los incidentes en la mezquita llegaron además tras varios días de represión de las manifestaciones contra las órdenes de desahucio en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este, que se saldaron con cientos de palestinos heridos, y después del aplazamiento de las legislativas palestinas por la negativa de Israel a permitir el voto en esta zona de la ciudad.

Un nuevo capítulo a una pesadilla que va camino de un siglo de vida. Y como siempre ocurre, las víctimas son los ciudadanos de ambos lados. En los últimos días, el digital latino ‘Evangélico Digital’, entrevistaba a un pastor argentino en Israel, que revelaba en una entrevista cómo una de las explosiones cayó en su propio hogar.

Es la historia de Javier Montenegro, misionero junto a su esposa desde hace casi dos décadas en la ciudad de Beersheba, a unos 50 kilómetros de Gaza. Hace unos días, un misil de Hamás destrozó el tejado de su salón. “No lo esperábamos, pero esta mañana sufrimos los ataques mientras mi esposa y yo dormíamos”, relataba el pastor argentino.

Ante la comprometida situación, decidieron desplazarse desde su habitación hasta un bunker (muchas viviendas en Israel disponen de ellas para resguardarse), ya que cada cierto tiempo escuchaban un nuevo misil: “Cada media hora disparaban. Y esta mañana un misil cayó en nuestra casa. Enseguida llegaron los bomberos, policías y vecinos. Pegó en el tanque de agua del edificio y agujereó nuestro comedor, que está inundado. Gracias a Dios estamos bien y el destrozo fue solo material. Damos gracias al Señor”, precisaba en una entrevista online para ‘Evangélico Digital’.

Javier Montenegro añadía que se dieron cuenta de la explosión “porque se escuchaba mucho el estruendo. Se escuchó la rotura de vidrios. Cuando abrí la puerta había humo y agua en el techo. Todos nos ayudaron. Estamos bien”.

El vídeo de los bombardeos en Gaza

El pasado 15 de mayo, conocíamos también el terror que estaban viviendo la pequeña comunidad católica en Gaza, concretamente el colegio de las Hermanas del Rosario, que resultó ligeramente afectado por los ataques. La directora del centro, Sor Nabila, captó las imágenes de los bombardeos que se estaban produciendo en la zona en aquellos momentos.