El requisito indispensable para ser mártir de la Iglesia: no es morir

“Vieron a mi mujer con el crucifijo y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí”. Este es el desgarrador testimonio de martirio al que conoció el Papa Francisco en su viaje a la isla de Lesbos en diciembre de 2021.

El Pontífíce ha recordado su historia para pedir a los fieles que en este mes de marzo recen por los mártires de la Iglesia que son perseguidos por el odio a la fe en tantos rincones del planeta. Se estima que el 22% de los cristianos de todo el mundo viven en países donde no se respeta la libertad religiosa.

En su mensaje, el obispo de Roma nos recuerda que siempre habrá mártires entre nosotros siendo esta “la señal de que vamos por el camino correcto”.

Una afirmación que no es nada exagerada, y es que desde San Esteban (considerado el primer mártir de la historia de la Iglesia), se estima que unos setenta millones de cristianos han sido asesinados por su fe a lo largo de estos dos milenios, según recoge el periodista italiano Antonio Socci en su libro 'Los nuevos perseguidos'.

Y como ha destacado Jorge Mario Bergoglio en su mensaje de vídeo, en el mundo de hoy se pueden encontrar más testiomios de martirio que en siglos anteriores. Una realidad que también avala la obra de Socci, quien afirma en 'Los nuevos perseguidos' que el 65% de los mártires de la Iglesia Universal pertenecen al siglo XX.

¿Qué es un mártir?

La definición de mártir es sencilla. Es aquel cristiano que da la vida por Jesucristo hasta el momento de su muerte, bien porque no renunció a su condición de seguidor de Jesús en el momento de la persecución, o en la mayoría de los casos documentados, porque perdonaron a los que les estaban arrebatando la vida.

Todos los que tienen condición de mártir en la Iglesia reúnen una pauta común: sufrieron el martirio por odio a la fe, aunque no necesariamente todos perdieron la vida finalmente. A lo largo de la historia lo hemos presenciado en infinidad de ocasiones, desde los primeros seguidores de Jesús, hasta la actualidad en países como Nigeria, Pakistán o la India, entre otros.

¿Cuántos tipos de martirio existen?

Martirio rojo: aquellos que después de haber vivido en el amor de Dios han aceptado con gozo ser torturados y morir por su fe en Él, sin traicionarlo en el momento de la tortura.

Martirio blanco: quienes son perseguidos por su fe y deben vivir su vida con valentía y sufrimiento, en el nombre de Jesús, sin necesariamente ser asesinados.

Martirio verde: quienes manifiestan su amor a Dios sometiéndose al ayuno y a la privación, eligiendo la soledad, el retiro, apartándose del contexto humano para sacrificarse únicamente por la fe. Se asocia a los eremitas de Egipto, que influyeron en el monacato irlandés.

¿Por qué los mártires no necesitan un milagro para ser beatos?

Uno de los requisitos para ser beatificado en la Iglesia Católica, es que se verifique algún milagro por intercesión del 'candidato' una vez haya fallecido. De esta forma, se busca una señal divina de su santidad.

El milagro debe referirse a un acontecimiento inexplicable que supera las fuerzas de la naturaleza y que ha ocurrido por intercesión del futuro beato o canonizado.

Pero en el caso de los mártires el cauce es diferente, ya que no se exige un milagro para ser elevado a los altares, ya que se considera que no hay mayor milagro que dar la vida por amor a Cristo, incluso cuando la vida está en juego. Basta con probar la autenticidad de su martirio para ser beato. En el caso de la canonización si que se requiere un milagro.