Zuppi recuerda su visita a un centro de acogida en Kiev: "Allí pensé que la paz ya había comenzado"
El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana ha presidido una vigilia de oración por la paz en Padua: "Un mundo de amor no es un sueño romántico"
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Este viernes se ha celebrado en la ciudad italiana de Padua una vigilia de oración por la paz presidida por el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y enviado especial del Papa en Ucrania y Rusia.
En la vigilia, celebrada en la basílica de San Antonio, han participado unos mil jóvenes europeos, entre ellos 70 de Ucrania. Promovida por la Comunidad de San Egidio, se integra dentro del "Global Friendship for a Future of Peace", un encuentro de jóvenes de toda europa que durará hasta este domingo, 27 de agosto.
Durante la vigilia, Zuppi lamentó que "la guerra es la madre de todas las pobrezas y el amor trae todas las riquezas y la paz". "Tengo que confesarles algo: fui a Kiev por la misión que me encomendó el Papa de ayudar a conseguir la paz. Fui a visitar el centro de acogida de la Comunidad de San Egidio. Estoy orgulloso, orgulloso de nuestros hermanos y hermanas [...] porque en la oscuridad de la guerra y de la desesperación mantienen encendida la luz del amor, hablando con respeto, dando dignidad, haciendo que la gente se sienta importante y ayudada, ofreciendo respuestas concretas que luego otros amigos de la comunidad de tantas partes de Europa les han, les habéis, enviado", ha dicho el cardenal Zuppi.
Volviendo su mirada a esos días en Kiev, Zuppi recordó que allí sintió "que todos eran hermanos, que vosotros también estabais allí y que la enemistad había sido derrotada".
"Las ciudades brillan en la Escuela de la Paz o cuando se vence la oscuridad de la soledad. Basta con una pequeña luz. En la oscuridad, incluso una pequeña luz lo cambia todo. Nunca pienses que lo que haces no cuenta. Importa, mucho más de lo que crees. Somos luminosos precisamente cuando damos luz a los demás. Y esto mantiene encendidos nuestros corazones". "Allí, en Kiev, pensé que la paz ya había comenzado"", subrayó Zuppi.
"En estos hermosos días, en los que vivimos en una ciudad amiga y comprendemos que todas las ciudades pueden llegar a ser de encuentro, de escucha, de discusión, de mucha alegría y compromiso, comprendemos que la paz es posible, que un mundo de amor no es un sueño romántico, sino una realidad que nos hace "hacer" muchas cosas que nadie pensaba hacer o era capaz de hacer", dijo el cardenal.