Más de 2 millones de niños alimentados en la escuela para que puedan estudiar, así es Mary’s Meal

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En sus 21 años, la Fundación Mary’s Meal ha alimentado a más de 2 millones de niños en 18 países del mundo. Entre ellos, Malawi, Sudán del Sur, Liberia o Yemen.

Su misión se centra en que ese alimento lo reciban en la escuela. Así pueden rendir en los estudios, teniendo garantías para un futuro mejor. Una trayectoria que les mereció el Princesa de Asturias de la Concordia de 2023.

Ana Torres ha estado con su fundador, el escocés Magnus McFarlane-Barrow. ‘‘Es una obra muy sencilla: damos una comida al día a los niños en los lugares más pobres del mundo, pero siempre en la escuela’’. Así pueden alimentarse y, acto seguido, recibir la educación que podrá liberarlos de la pobreza.

La historia de Mary’s Meal comienza en 1992, cuando Magnus y su hermano hicieron una colecta de ropa para la guerra en Bosnia. A partir de ahí, su idea de ayudar empezó a crecer gracias a la fe. ‘‘Cuando tenía 14 años fui con mi familia en peregrinación a Bosnia. Cambió nuestras vidas y renovó nuestra fe católica’’. Por eso la fundación lleva el nombre de María.

Magnus confiesa no haber tenido una crisis de fe en estos años de trabajo, ‘’a veces es muy doloroso y desafiante pasar tiempo en lugares donde la gente sufre tanto’’. Acaba de volver de Etiopía, pero en cada situación (terremotos, tsunamis, guerras), ‘‘he podido encontrar mucha esperanza, he concordia muchas personas heroicas’’.

‘‘'Gracias a ti podemos comer y estudiar'. Les importa mucho estudiar’’

La presidenta en la fundación en España es Elisalex Löwnstein. Insiste en por qué dan de comer en la escuela. Si van al colegio no rinden porque tienen hambre. Por eso ‘‘la idea es darles una buena comida para que puedan estudiar’’ y tengan futuro. Sobretodo ayudan a niños de párvulos y primaria. Los niños quieren estudiar. ‘‘Muchos quieren ser médicos y enfermos, quieren ayudar a su gente’’.

La fundación recauda dinero en países del primer mundo como España, con ello compran el alimento, lo llevan al colegio y la preparan las madres. ‘‘Esto es un proyecto de todos’’, afirma Löwnstein. ‘‘Donde más trabajamos es Malawi, allí alimentamos al 25% de la población infantil’’. Las madres con las que colaboran ‘‘salen de casa a las 4 de la mañana, van en grupo, si tienen suerte usan linternas. Llegan al pozo, sacan agua, llenan unas ollas enormes y preparan el puré. Son horas de calentarlo y cocinarlo. Después se reparte en tazas a los niños’’.

Su objetivo es seguir llegando a más niños y seguir contando testimonios con estos.