El camino hacia la JMJ de Seúl en 2027 echa a andar bajo el lema 'Tengan valor: yo he vencido al mundo'

El próximo 24 de noviembre, los jóvenes de Lisboa entregarán a los coreanos los símbolos de la JMJ:  la Cruz de los Jóvenes y el icono de María Salus populi romani

Redacción Religión

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'Tengan valor: yo he vencido al mundo' es el lema elegido para la Jornada Mundial de la Juventud de Seúl que se celebrará en el año 2027. El camino hacia la capital coreana se iniciará el próximo 24 de noviembre, coincidiendo con la solemnidad de Cristo Rey del Universo, cuando los jóvenes de Lisboa (sede de la última JMJ) entreguen los símbolos de esta celebración a los jóvenes de Seúl, es decir, la Cruz de los Jóvenes y el icono de María Salus populi romani. 

De esta manera, los jóvenes son enviados a peregrinar de Occidente a Oriente como “un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia y del sueño de unidad”, como recalca el Papa Francisco.

La Cruz de los Jóvenes, también conocida como 'Cruz de la JMJ', es una cruz peregrina, porque los jóvenes coreanos la llevarán a todas partes para llevar cercanía y consuelo a todos. Pero también es una cruz jubilar, porque fue confiada por Juan Pablo II a los jóvenes al final del Año Santo de la Redención en 1984.

Este aspecto adquiere un significado especial este año, debido a la proximidad del Jubileo. Juan Pablo II la entregó a los jóvenes con estas palabras: “Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención”.

La Cruz será llevada por los jóvenes a Asia, acompañada por el icono de María Salus populi romani, signo de la ternura maternal de María y de la propia maternidad de la Iglesia por toda la humanidad.

La esperanza es que muchos jóvenes, incluso los que nunca han participado en una JMJ, recorran en los próximos tres años un camino, sobre todo interior, para reunirse en Asia con el Sucesor de Pedro y dar juntos un valiente testimonio de Cristo.

Las oportunidades de celebrar una Jmj en Corea

Cada Jornada Mundial de la Juventud es una valiosa oportunidad para que la Iglesia que la acoge celebre, junto con otras iglesias, su propia cultura y fe. En Corea, los católicos representan el 11% de la población. Aun siendo minoritaria, es una Iglesia llena de vitalidad y de iniciativas de todo tipo, y se enriquece con el testimonio heroico de sus mártires.

Entre las oportunidades que ofrece la Jornada Mundial de la Juventud de Seúl destaca, en primer lugar, una ocasión para que los jóvenes redescubran la belleza de la vida cristiana y lleven a las circunstancias ordinarias de la vida diaria el deseo renovado de ser discípulos de Jesús y fieles a su Evangelio. El redescubrimiento de la vida cristiana, por tanto, puede ser terreno fértil para el florecimiento de muchas vocaciones, al matrimonio o al sacerdocio y a la vida consagrada. Todo esto tendrá grandes beneficios para la Iglesia en Corea, para el continente asiático y para la Iglesia a nivel global.

En segundo lugar, la natural apertura de Asia a la coexistencia de las culturas, al diálogo y a la complementariedad, será de gran ayuda para los jóvenes peregrinos en su viaje para convertirse en los mensajeros de la paz del futuro, en un mundo tan desgarrado por los conflictos y las oposiciones.

En tercer lugar, el dinámico contexto asiático hará reflexionar a los jóvenes sobre el diálogo entre fe y modernidad: en el trasfondo están los desafíos de alcance mundial a los que se enfrentan los jóvenes de hoy, como la revolución digital, la crisis climática o las desigualdades económicas. Los grandes interrogantes que plantean estos desafíos estimularán a los jóvenes a aportar su contribución personal para que la cultura contemporánea sea fermentada y transformada por el Evangelio, con su fuerza, su luz y su perenne novedad.