El sacerdote valenciano que acoge familias venezolanas en una parroquia de Perú

César buendía lleva trabajando 26 años en Perú, ty ahora ayuda a los necesitados que vienen desde Venezuela

El sacerdote valenciano que acoge familias venezolanas en una parroquia de Perú

Redacción Religión

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Un sacerdote valenciano, está actualmente desempeñando su labor como párroco en el norte de Lima, que acoge a numerosos venezolanos que han llegado huyendo de su país.César Buendía lleva 26 años en Perú y actualmente dirige la parroquia de Santa María de la Providencia, que atiende a más de 100.000 personas en la zona norte de Lima. Aprovechando los días que ha pasado en Valencia, su tierra natal, ha contado a la agencia AVAN los esfuerzos de su parroquia para ayudar a las familias venezolanas que llegan Perú en busca de una vida que en su país se ha vuelto imposible.

Se calcula que en Perú hay ya un millón de venezolanos, y esto no deja de provocar temores y tensiones sociales, pero César tiene claro que su deber es abrirles las puertas e intentar ayudarles a salir adelante. En un local grande de la parroquia ha dispuesto una estancia para que puedan dormir más de veinte venezolanos; también ha conseguido encontrar trabajo para algunos en diversas obras, y les ayuda en la petición de ayudas que concede el gobierno de Estados Unidos, sobre todo para mujeres con hijos.

El trabajo en la parroquia es abrumador: se celebran 22 misas entre el sábado y el domingo, algunas de ellas con 500 feligreses. Un servicio especial que desarrollan los laicos es el proyecto “Diaper” (diálogo personal), para atender problemas de las familias. De la parroquia depende también el colegio San Vicente Ferrer, en el que se forman 2.500 alumnos, y dispone también de un comedor infantil para un centenar de niños, dado que se encuentra en una de las zonas más pobres de la ciudad.

Por si fuera poco César Buendía es también rector de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, con la que colabora la Universidad Católica de Valencia (UCV). Una de las sedes de la universidad se llama “Atalaya” y está situada en plena selva. En ella los profesores usan el español y las lenguas indígenas, permitiendo formar maestros para las comunidades dispersas por la selva. De allí han salido ya 700 profesores y gracias a toda esta labor, dice César, Perú está cambiando.

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