Tierra Santa: Las Iglesias condenan la violencia policial en el funeral de la periodista Shireen Abu Akleh

La desproporcionada intervención, denuncian, es «una grave violación de las normas internacionales, incluido el derecho humano fundamental a la libertad de religión»

Tierra Santa: Las Iglesias condenan la violencia policial en el funeral de la periodista Shireen Abu Akleh

Redacción Religión

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Las Iglesias cristianas en Tierra Santa han condenado el asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Aqleh, el pasado día 11, y la «desproporcionada» actuación policial israelí del día 13 en las inmediaciones del hospital de San José, cuando su cadáver era conducido a la catedral para su funeral.

«Nosotros, el Patriarca griego de Jerusalén, el Patriarca latino de Jerusalén y los obispos y fieles de las Iglesias cristianas en Tierra Santa, condenamos la violenta intrusión de la policía israelí en el cortejo fúnebre de la periodista asesinada Shireen Abu Akleh, que se dirigía desde el Hospital Saint Joseph hasta la Iglesia Catedral greco-melquita», manifiestan en un comunicado conjunto difundido ayer lunes, día 16, desde el propio centro hospitalario, propiedad de las Hermanas de San José la Aparición.

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Los líderes religiosos repudian la bochornosa y «desproporcionada» intervención, en la que se utilizaron porras, granadas de humo y hasta balas de goma para atacar a los dolientes, que debido a los golpes casi dejaron caer el ataúd. Se trata, denuncian, de «una grave violación de las normas y reglamentos internacionales, incluido el derecho humano a la libertad de religión, que debe observarse también en un espacio público».

Las autoridades israelíes han justificado el uso de la fuerza por la exposición de banderas y el cántico de consignas e himnos palestinos. Añaden que previamente se avisó al cortejo para que cesase en su actitud.

«El Hospital San José —recuerdan los patriarcas de Jerusalén— siempre ha sido con orgullo un lugar de encuentro y sanación para todos, independientemente de su pertenencia religiosa o cultural, y pretende seguir siéndolo. Lo ocurrido el pasado viernes hirió profundamente no solo a la comunidad cristiana, a las Hermanas de San José de la Aparición, propietaria del Hospital, y a todo el personal hospitalario, sino también a todos los pueblos que en ese lugar han encontrado y encuentran la paz y la hospitalidad».

Palestina, con ciudadanía también estadounidense

Shireen Abu Akleh trabajaba para la cadena catarí Al Jazeera. Era palestina, pero tenía también la ciudadanía estadounidense. Su muerte se produjo el día 11 cuando cubría la intervención policial israelí en un campo de refugiados de Jenín (Cisjordania). Recibió un disparo mortal en la cabeza. Otro informador, Ali Samouri, del periódico Al Quds, también resultó herido de bala en la espalda.

Aunque todos los indicios apuntan a una autoría israelí, el ministro de Defensa Benny Gantz dijo que no se podía «descartar ninguna opción» dado el caos reinante en ese momento. El primer ministro palestino Abu Mazen, sin embargo, afirmó en seguida que la muerte de la informadora había sido «una ejecución».

El patriarcado latino de Jerusalén ha pedido una «investigación exhaustiva y urgente» del asesinato que lleve a los responsables del mismo ante la justicia. «Esta flagrante tragedia —dice su comunicado— devuelve a la conciencia humana la necesidad de encontrar una solución justa al conflicto palestino, que se niega a caer en el olvido a pesar de que han pasado 74 años desde la Nakba. Oramos por el descanso de Shereem, quien ha sido ejemplo de deber y voz fuerte para su pueblo, y pedimos a Dios que le conceda a su hermano y familiares el consuelo de la fe. Oramos para que el pueblo palestino encuentre su camino hacia la libertad y la paz».

Estados Unidos y la Unión Europea también han exigido una investigación independiente que aclare los hechos y permita hacer justicia.

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