Qué significa el Martes Santo para la Iglesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

"El Evangelio de San Juan nos lleva en el Martes Santo a un anticipo de la Última Cena. El Señor anuncia a los apóstoles que va a morir y que uno de ellos le va a entregar. Para sorpresa de todos. Es Judas. Y el Señor el dice: 'Lo que tienes que hacer, hazlo pronto'. Y Judas sale para entregar al Señor. Qué diferente la actitud de Judas a la de Pedro. Cuando el Señor anuncia que se va y que no pueden seguirle, Pedro lleno de entusiasmo le dice que donde vaya él, le seguirá. La euforia de Pedro, que ya quisiera yo para mí. Y él le dice muy bien, pero 'antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces'.

Pedro y Judas. Pedro es el que está dispuesto a seguir a Jesús. Y después es débil en un momento dado. Y lo comprendemos todos. Todos podemos flaquear y desvanecernos. Todos podemos tener un punto de traición al Señor. Pedro lo tuvo. La diferencia entre Pedro y Judas es que Pedro reconoció su error y lloró amargamente su culpa. Pidió perdón y se arrepintió. Judas, hasta donde sabemos, no fue capaz de arrepentirse. Aunque le quedó amargura en su corazón

Pedro lloró, pidió perdón, experimentó el perdón de Dios y después fue el primer Papa. El hombre fiel, el que dio su vida al final también crucificado como Cristo. La diferencia entre Judas y Pedro. ¿Queremos ser Judas o ser Pedro? ¿Estamos dipuesto a arrepentirnos de nuestras culpas y reconocer nuestros errores o preferimos persistir en nuestro pecado, en el error, en nuestra equivocación por orgullo o por soberia? La decisión es nuestra, pero Dios está siempre presto a perdonar. Ojalá tengamos el mismo entusiasmo de Pedro para seguir al Señor hasta donde sea y, si llegamos a flaquear, tengamos la misma humildad de Pedro para decir 'Señor, he pecado. Ayúdame y sigo adelante'".