¿Qué se celebra el Sábado Santo?

El Sábado Santo es un día atípico en el calendario. Un día de silencio, reflexión, soledad... ¿Qué celebramos? Sencillamente: nada. Cristo acaba de morir, y el trauma que ha supuesto en la vida y la historia pasa factura. Un día de espera y preparación para el culmen de la Semana Santa.

Los sagrarios de las iglesias de todo el mundo están vacíos. Es el único día del año en el que no se celebra la Eucaristía. Solo queda la oración, la tristeza y la reflexión. Lo que acaba de acontecer es tan duro, que merece un día así.

A la vez el Sábado Santo es un día de esperanza, la que tuvo la Virgen María que sabía que su Hijo era Dios. Una esperanza que nos prepara para el momento más importante de la historia: la Resurrección.

Vigilia Pascual

Después de estas horas de luto y de silencio en las que acompañamos en su soledad y tristeza a la Virgen que acaba de perder a su Hijo, viene la fiesta. La Vigilia Pascual rompe con todo lo anterior y la penitencia se convierte en el evento más importante del año. Dios ha resucitado. Jesús ha cumplido su palabra.

Después de un día sin misas, sin sagrarios y sin una celebración concreta; en la noche del Sábado Santo se celebra la Vigilia Pascual en la que se celebra la Resurrección de Jesús. Y después, da comienzo la Pascua y el Domingo de Resurrección.

El evangelio correspondiente a este día es precisamente el del hallazgo del sepulcro vacío. Pero lo que ocurrió este día no aparece en las lecturas. Los apóstoles estarían escondidos, la Virgen triste y el sepulcro cerrado.