Las 4 lecciones de periodismo del Papa que todo periodista debería escuchar
El Papa Francisco ha reflexionado sobre el periodismo junto a los corresponsales extranjeros en el Vaticano y ha dado una lección muy interesante
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco ha recibido a los corresponsales extranjeros en Italia y no ha dejado pasar la oportunidad para darles unos consejos. El pasado sábado, reunido con los periodistas y sus familias el Santo Padre ha dado una auténtica lección de buen periodismo.
Los cerca 400 periodistas acreditados en la asociación de la Prensa Extranjera de Roma y que normalmente cubren las audiencias que celebra el Papa, esta vez eran protagonistas. El discurso era para ellos: "No seáis los altavoces de quienes gritan más fuerte y recordar las guerras y situaciones olvidadas".
En la Sala Clementina del palacio apostólico repleta para esta ocasión, Francisco comenzó su discurso asegurando que "aprecia" el trabajo de los periodistas y que "también la Iglesia lo aprecia, incluso: "cuando metéis el dedo en la llaga, y cuando la llaga está en la comunidad eclesiástica".
Era desde 1988 cuando el Papa san Juan Pablo II acudió a la sede de la asociación de la prensa extranjera y después les invitó a la residencia de Castelgandolfo con sus familias, que un pontífice no se reunía específicamente con los reporteros extranjeros.
1. Construir y no destruir
En su discurso, el Pontífice exhortó a los presentes a que realmente la "comunicación sea un instrumento para construir y no destruir", "que no siembre el odio, que dé voz a quien no tiene voz, y que no sirva de megáfono a quien grita más fuerte".
Cómo había recordado Thomas, la sede de la asociación se encuentra en la calle de la Umiltá (de la Humildad), lo que sirvió a Francisco para afirmar que la humildad "puede ser "un elemento esencial" del periodista.
El pontífice argentino hizo notar la necesidad de humildad para buscar la verdad y evitar así "la presunción de saber ya todo".
2. Contra el clickbait
"Periodistas humildes no quiere decir mediocres, sino más bien conocedores de que a través de un artículo, un tuit, un directo televisivo o radiofónico se puede hacer el bien y si no se es escrupuloso, el mal al próximo a incluso a enteras comunidades".
Puso el ejemplo de cómo ciertos titulares "gritados" pueden crear "una falsa representación de la realidad".
Y que aunque "las rectificaciones siempre son necesarias" ahora en la era de Internet donde las noticias viajan rápidamente y las informaciones falsas se difunden pareciendo verdad "puede no bastar para restituir la dignidad".
3. Contrastar, frente a las fake-news
Francisco continuó su lección del buen periodismo pidiendo a los reporteros que "resistan a la tentación de publicar noticias no suficientemente contrastadas".
La humildad, remarcó, puede servir al periodista "a dominar la prisa, a intentar detenerse y a encontrar el tiempo necesario para entender".
En estos tiempos en los que, especialmente en las redes sociales y no solo, "se usa un lenguaje violento y despreciativo que hiere y a veces destruye a las personas, se necesita calibrar el lenguaje", señaló el Papa.
Así como, también instó ante quienes difunden noticias falsas a "no comerciar con la comida podrida de las desinformación y ofrecer el pan bueno de la verdad".
4. Ser defensores de los más desfavorecidos
Francisco invitó además a los periodistas a estar de la parte de los excluidos y descartados, "de los que nunca están bajo los focos" y de recordar siempre "esas guerras olvidadas, pero que aún existen".
"¿Quién se acuerda hoy de los rohingya o de los yazidíes?. Están olvidados y continúan sufriendo", interrogó el Papa a los periodistas.
"No hay que olvidar este Mediterráneo que se está convirtiendo en un cementerio", añadió entonces Francisco al discurso que había escrito.
Después durante más de una hora saludó uno a uno a los periodistas que habían llevado a conocer al Papa a sus hijos y familiares y el pontífice regaló a todos un libro con sus discursos sobre la comunicación que llevaba un título con una recomendación: "Comunicar el bien".