El Papa aboga por la "unidad" y la "concordia" y defiende "la armonía en la diversidad" en Pentecostés

El Pontífice celebraba este domingo una homilía en la misa de Pentecostés ante cerca de 1.000 personas en la Basílica Vaticana

El Papa avisa de las "ideologías" y pide a la Iglesia no centrarse en divisiones entre conservadores y progres

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Papa ha señalado que la Iglesia no es una "organización humana" por lo que ha alertado de las "ideologías" y ha pedido a los fieles que superen las percepciones que la dividen entre "conservadores" y "progresistas" o entre "tradicionalistas" e "innovadores". "Si escuchamos al Espíritu, no nos centraremos en conservadores y progresistas, tradicionalistas e innovadores, derecha e izquierda. Si estos son los criterios, quiere decir que en la Iglesia se olvida el Espíritu", ha señalado el Papa.

El Pontífice ha hecho estas consideraciones durante la homilía en la misa de Pentecostés que ha celebrado ante cerca de 1.000 personas en la Basílica Vaticana. Se trata de una de las celebraciones con más número de fieles -que han respetado las medidas de seguridad con el uso de mascarilla o la distancia social- desde que irrumpió la pandemia.

Francisco ha abogado de esta manera por la "unidad" y la "concordia" al tiempo que ha defendido que "la armonía en la diversidad" hace ver a todos los bautizados como "partes del mismo cuerpo". El Papa ha afrontado en tema de la secularización en la sociedad occidental al pedir a la Iglesia que más que "inculcar reglas y normas" se dedique a "testimoniar la misericordia".

"Es el tiempo de llevar la alegría del Resucitado, no de lamentarnos por el drama de la secularización. Es el tiempo para derramar amor sobre el mundo, sin amoldarse a la mundanidad", ha asegurado.

También ha manifestado que en la Iglesia no debe haber "individuos cerrados" porque está constituida "en la multiforme variedad de carismas" en una unidad que no es nunca "uniformidad". Por ello, ha agregado: "No salvamos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos con nuestras propias fuerzas. Si ponemos en primer lugar nuestros proyectos, nuestras estructuras y nuestros planes de reforma caeremos en el pragmatismo, en el eficientismo, en el horizontalismo, y no daremos fruto", ha dicho.

Asimismo, ha advertido de las "consolaciones terrenas, que desaparecen pronto". Así, ha señalado que las consolaciones del mundo son como los "analgésicos", que dan un "alivio momentáneo pero no curan el mal profundo que llevamos dentro". "Evaden, distraen, pero no curan. Calman superficialmente, en el ámbito de los sentidos y no del corazón. Porque sólo quien nos hace sentir amados tal y como somos da paz al corazón", ha indicado. Finalmente, ha hecho hincapié en la necesidad de vivir en el presente y no caer en la tentación de dejar paralizarse por las "amarguras" o por los "temores del porvenir". "El Espíritu nos recuerda la gracia del presente", ha concluido.